El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, ha destacado que el plan que regula la captura de la sardina en el Golfo de Cádiz "se ha desarrollado en todo momento en estrecha coordinación con el sector", el cual "conocía perfectamente la necesidad de mantener un nivel de explotación responsable del caladero y estaba advertido sobre el riesgo de agotar su cuota antes de tiempo".
Según ha informado la Delegación del Gobierno en una nota, Sanz también ha recordado que la flota tiene aún a su disposición más de la mitad de la cuota de captura del boquerón para continuar con la actividad y ha anunciado que hay abierto un diálogo con otras comunidades autónomas "para buscar soluciones".
El delegado ha aclarado que la limitación de las capturas "obedece a la necesidad de recuperar una especie que se encuentra en mal estado biológico, según los informes científicos que maneja la Comisión Europea", por lo que ha hecho "un llamamiento a la responsabilidad del sector pesquero para que contribuya a preservar un caladero que es patrimonio común y fuente de riqueza si se mantiene en las adecuadas condiciones".
Junto a ello, Sanz ha precisado que la flota sigue disponiendo de boquerón para continuar con la actividad, lo que hace innecesario el amarre. En concreto se han consumido 3.056 toneladas de boquerón de un total de 7.124 toneladas, es decir tan solo un 43 por ciento, "por lo que la flota podría seguir con su actividad a la citada especie o bien intercambiar ese boquerón por jurel IXa con la flota del Cantábrico para poder dirigir su actividad también a esta especie".
El delegado del Gobierno en Andalucía ha explicado que la sardina cuenta con un plan de gestión, acordado por España y Portugal en 2014, que determina una regla de explotación y un nivel de capturas que varía anualmente en función de la evolución del stock.
Así, según los datos que ha facilitado, para 2016 y 2017 ambos países acordaron un total de captura de 17.000 toneladas de las que correspondían a España no más de 6.584 toneladas, estando repartidas de forma que a la flota del Golfo de Cádiz le corresponden 2.552 toneladas, "como bien sabe el sector".
Sanz ha detallado que, de hecho, el pasado mes de febrero se desplazó a Sevilla el subdirector General de Caladero Nacional, Aguas Comunitarias y Acuicultura, Ramón de la Figuera, a fin de mantener una reunión con el sector de cerco del Golfo de Cádiz para "hablar de la temporada que comenzaba y buscar la forma de consumir las cuotas disponibles para que pudieran rendir los mejores resultados económicos".
En esa reunión se acordó que en el primer periodo se fijaran un máximo de 3.000 kilos por buque y día para la sardina, a pesar de que suponía pescar cinco veces más que lo que iba a pescar la flota gallega, que establecía para el mismo periodo 3.000 kilos semanales, por lo que en marzo se remitió un correo a todo el sector advirtiendo de que se estaba haciendo un consumo muy elevado. Además, se le instaba "a tener un comportamiento responsable" para evitar que la cantidad reservada hasta el 31 de julio se agotara mucho antes, con los consiguientes cierres precautorios.
Sanz ha explicado que la advertencia de que se agotaría la cuota total para este año antes de tiempo "fue reiterada al sector en diversas ocasiones, concretamente en abril, en junio y en julio", dados los elevados índices de consumo, a lo que "el sector respondió que se debía permitir pescar la sardina en el mes de agosto para obtener más beneficio, por lo que se les autorizó a consumir toda la cuota sin limitaciones mensuales".
Según el delegado, la mayoría del sector estuvo plenamente de acuerdo con las medidas de gestión de la cuota que se adoptaron en las sucesivas reuniones, siendo conscientes de que una vez que se agotara la cantidad prevista para el segundo periodo se tendría que cerrar la pesquería, como de hecho ha ocurrido.
A juicio de Sanz, este agotamiento se ha debido, principalmente, a una mala regulación del sector, ya que se ha mantenido un cupo diario de 3.000 kilos, excesivo para el primer periodo, y que después pasó a 5.000 Kilos semanales, lo que llevó a una bajada de precios. Según Sanz, "mientras en el Golfo de Cádiz se han percibido precios del entorno de 1,5 euros por kilo de sardina, en el Cantábrico, con un menor cupo por buque, se han percibido precios de entre cinco y siete euros por kilo de sardina".
Dadas las circunstancias, el pasado 4 de septiembre se mantuvo una reunión en la sede de la Secretaría General de Pesca con todo el sector pesquero del Golfo de Cádiz, con participación de la directora general de la Junta, para analizar la situación.
En dicha reunión, el secretario general de Pesca se comprometió a analizar con su homólogo portugués la disponibilidad para intercambiar boquerón por sardina, posibilidad hoy descartada después de que la parte portuguesa haya trasladado que no dispone de suficiente cuota para su propia flota.
Sanz ha aclarado, en este sentido, que "no es cierto que se hayan incumplido los compromisos adquiridos, puesto que lo que se comprometió fue a trasladar la petición y el sector debe ser consciente de que las cuotas no pueden aumentarse".
Sanz ha reiterado que las evaluaciones de la abundancia de sardina recomiendan no aumentar las cuotas actuales, "a riesgo de que se ponga en peligro un stock que ya está en mala situación, según la más reciente evaluación de ICES, que plantea incluso un cierre de 15 años de la pesquería".