Alberto Jiménez Monteagudo es el elegido por la Balona para relevar a Romerito como entrenador, después de la destitución de éste el sábado tras caer en el partido disputado el viernes. La derrota en Cornellá fue la puntilla para el técnico de los albinegros, cuyo segundo entrenador, Fernando Niño, dimitió acto seguido de las filas albinegras.
La Real Balompédica Linense ha hecho oficial hoy, domingo, el anuncio de que ha llegado a un acuerdo para la contratación, hasta final de temporada, con renovación condicional (no aclaran el objetivo que supone ese condicionante) del entrenador y exfutbilista profesional albaceteño, de 47 años, que entre otros equipos pasó por el Algeciras en Segunda División en su etapa como jugador.
El técnico llega con cerca de 300 partidos como profesional de los banquillos entre la categoría de bronce. Posee experiencia en banquillos de equipos importantes en la categoría y otros ahora en niveles superiores, como Cultural Leonesa, Cádiz, Cartagena, Recreativo de Huelva, Lucena, La Roda, Badajoz y al Lugo, este último cuyo banquillo ocupó en Segunda División.
El nuevo míster balono llega acompañado, en la función de segundo entrenador, por el también exfutbolista José Végar, quien cuenta con experiencia como entrenador asistente en el Alcorcón y Getafe, en ambos casos en Segunda División, y recientemente (2019-2020) en el Hércules de Alicante.
El portal Cazurreando ya apuntaba desde el sábado al que fuera futbolista del Algeciras como nuevo entrenador de los albinegros. Según esa información era la opción preferente tras descartar a Sergio Rodríguez, quien dirigió en Segunda División a la Real Sociedad, al Alavés y al Lleida, además de tener experiencia en Segunda B, y e Rafa Escobar, eterno candidato a volver, pero que tiene contraro en el Europa de Gibraltar.
Una victoria en once partidos y tres goles anotados durante esa mala racha han sellado el destino de Romerito, que sale de la entidad dejando al equipo con tres puntos sobre los puestos de descenso y a cuatro de los de la promoción de ascenso, en undécima posición, tras siete jornadas sin conocer la victoria.
Ahora le toca a Monteagudo impedir que esa línea descendente prosiga hasta convertirse en un peligro mayor y tratar de devolver la ilusión a los aficionados, que esperan vera su equipo mirar hacia arriba lo que resta de temporada, además de asegurar la permanencia en esta nueva división.
