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Viernes 01/11/2024
 

Andalucía

Cuando tu sudor se convierte en el enemigo

Desde que tiene uso de razón, la sevillana Carmen Larios no recuerda haber disfrutado de una vida normal: bañarse en la playa o practicar la educación física

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  • Ejercicio físico en la playa. -

Desde que tiene uso de razón, la sevillana Carmen Larios no recuerda haber disfrutado de una vida normal: bañarse en la playa o practicar la educación física en el colegio son actividades impensables para ella porque tiene que convivir con una urticaria colinérgica producida, entre otros agentes, por su propio sudor.

La enfermedad que padece es un tipo de erupción cutánea relacionada con situaciones que inducen una elevación de la temperatura corporal, lo que ha condicionado su día a día hasta el punto de no poder hacer la vida habitual de una joven de 22 años.

"Es algo que sufro desde pequeña y que no es reversible. Dentro de la urticaria existen varios tipos pero, a mí, en concreto, me afecta con el agua del mar, el sudor e incluso, muchas veces, con el agua de la piscina", relata a EFE Carmen.


Su afección ha ido evolucionando con el paso de los años y, aunque cuando era pequeña tan solo le salían unas pequeñas rojeces por el cuerpo que le picaban, según ha ido creciendo se han convertido en unas ronchas que llegan a aparecer incluso dentro de la garganta, algo poco común en este tipo de afecciones, lo que le impide respirar con normalidad.

A todo esto, se le suma una nueva complicación que se ha manifestado desde hace un par de años: cuando aparece un brote, se le hinchan las orejas produciéndole un fuerte picor e incluso una inflamación del tímpano que le impide oír bien.

Dentro de la clasificación de las urticarias figuran la urticaria crónica inducible -aparición de ronchas o hinchazón tras estímulos en partes de la piel donde se han ejercido- y la urticaria crónica espontánea, que se inicia sin un estímulo previo.

Según explica a EFE el jefe de sección de Dermatología del Hospital Universitario Virgen del Rocío, Juan José Pereyra, el 30 por ciento de los pacientes coexiste con ambos tipos de urticaria, lo que produce que haya varios mecanismos de inducción en un mismo paciente.

El sarpullido suele aparecer en el tronco y el abdomen sobre un fondo rojizo acompañado de un intenso picor. Estas urticarias crónicas ocurren cuando se produce una liberación exagerada de histamina ante estímulos que, normalmente, no deberían inducir esa liberación, lo que provoca una disfunción del sistema inmune.

"El diagnóstico suele basarse en la clínica típica y confirmarse con la realización de un test de ejercicio, ya sea en cinta de carrera o en bicicleta estática hasta comenzar a sudar y continuar con el ejercicio al menos 15 minutos hasta que aparezcan las lesiones típicas", indica a EFE el doctor Pedro Guardia, director de la unidad de Alergología del Hospital Universitario Virgen Macarena.

Cómo aliviar los brotes

Como en cualquier otro tipo de enfermedad, ante un brote, y en el caso de no tener rápido acceso a un médico, se recomiendan duchas con agua fría y crema hidratante que bajen la temperatura corporal, siempre mostrando especial atención al secado del cuerpo, que debe realizarse sin frotar fuertemente la piel, sino presionándola suavemente para así evitar incrementar el estímulo a la piel que intensificaría el picor.

"Además, a todo el mundo que conozco le cuento mi situación, ya que siempre llevo conmigo una inyección de adrenalina que previamente explico cómo me la deben inyectar para que, en caso de que se me hinche tanto la garganta que no pueda respirar, me la administren", aclara Carmen, que además comenta que lo más importante cuando se dé este tipo de situación es que su entorno se muestre calmado.

Tras probar sin éxito innumerables medicaciones, la joven comenzó a tomar en 2022 un medicamento experimental que en un principio parecía ser la solución a su enfermedad, pero al poco tiempo comenzó a sufrir un fuerte dolor en la parte baja de la espalda, donde empezó a notar unos bultos.

Fue diagnosticada de paniculitis, una inflamación de la capa de grasa situada debajo de la piel, producida por un efecto secundario de este tratamiento. Lo dejó tras cerca de dos meses con fiebre y sin apenas poder moverse por el dolor."Pese a estos efectos secundarios, yo me seguiría tomando estos medicamentos con tal de mejorar mi calidad de vida. Para mí era un regalo el hacer algo tan simple como salir a la calle en verano", dice Carmen. 

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