Trasmoz es un pintoresco pueblo en la provincia de Zaragoza, justo al pie del Moncayo. Pero lo que lo hace verdaderamente único es su singularidad como el único pueblo excomulgado de España. Su historia está impregnada de leyendas, brujería y un enfrentamiento legendario con la Iglesia.
Según la tradición, en el siglo XIII, Pedro Fernández de Luna, señor de Trasmoz y sobrino del arzobispo de Zaragoza, desafió a su propio tío arrebatándole el castillo y las tierras del pueblo. En respuesta, el arzobispo lanzó una maldición sobre Trasmoz y sus habitantes, excomulgándolos.
Desde entonces, el pueblo ha vivido bajo el estigma de la excomunión, ganándose el apodo de "pueblo maldito". Sus habitantes han sufrido marginación, pobreza y calamidades como plagas, sequías e incendios. Además, han adquirido fama de ser un refugio de brujas, quienes supuestamente celebraban sus reuniones en las cuevas del Moncayo.
Pero en lugar de avergonzarse de su pasado, los trasmoceños han convertido su maldición en una bendición. A lo largo de los años, el pueblo se ha convertido en un atractivo turístico y cultural, aprovechando su singularidad para atraer visitantes y organizar eventos relacionados con la brujería y la magia.
Uno de sus mayores atractivos es su castillo, que se erige sobre una roca y domina el paisaje. Declarado Bien de Interés Cultural en 1983, alberga un museo de la brujería donde se exhiben objetos y documentos que narran la historia y las leyendas del pueblo. Además, cada julio se celebra la Fiesta de la Excomunión, recreando el momento de la maldición del arzobispo y la rebelión de los trasmoceños.
La conexión literaria de Trasmoz también es destacable. Inspiró a Gustavo Adolfo Bécquer, quien lo visitó en varias ocasiones y lo inmortalizó en sus famosas Leyendas. Además, fue escenario de algunas novelas de José Luis Corral, contribuyendo así a difundir su historia y misterio.
En definitiva, Trasmoz es un pueblo que desafía su destino y lucha por mantener su identidad y orgullo. Desafiando a la Iglesia, reivindican su derecho a ser diferentes, como indica su lema: "no quiere perdón ni olvido".
