La mañana del sábado el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Barbate acogió una Junta Local de Pesca que reunió a numerosos representantes del sector pesquero que, junto a los delegados políticos de PSOE, IU, PA y AxSí, analizaron la situación del sector en una sesión presidida por el alcalde, Miguel Molina.
El análisis de la situación del caladero de Cádiz se definió como de estado crítico, ante el posible cierre de la captura de la sardina. Los asistentes reconocieron que la situación se ha agravado más ante la pasividad demostrada por las administraciones, permitiendo en algunos puertos las captura y venta de inmaduros y la falta de control en las ventas de lonjas.
El representante de las almadrabas también advirtió que la protección del atún en años anteriores ha hecho que esta especie haya aumentado, y con ella la posibilidad de la disminución de la sardina o el boquerón, alimento de estos pescados más voraces.
Ante estas exposiciones el alcalde de Barbate se comprometió a solicitar una reunión con los alcaldes de las localidades afectadas, Sanlúcar, Punta Umbría e Isla Cristina, e intentar sentar una estrategia común para mejorar las condiciones de los trabajadores dependientes del mar. Para esto pidió a los presentes que aunaran esfuerzos y pusieran unas directrices comunes para presentárselas a la Consejería de Pesca así como al Ministerio.
También se va a solicitar al Ministerio de Pesca y Medio Ambiente que empiecen a trabajar ya en un acuerdo de Pesca con Marruecos, que termina este año y que ha sido “una bombona de oxígeno” para el sector. Para Molina, “si se nos cierra la pesca de la sardina, se nos coarta la del
boquerón, y teniendo en cuenta el bajo coste del jurel, los barcos no van a tener más remedio que parar generando aún más desempleo y ahondar la crisis económica de la localidad”.
Por último, también se solicitará al Ministerio mayores facilidades a la hora de conceder las ayudas económicas, ya que las actuales son inviables, de hecho no hay ninguna embarcación barbateña que se haya podido acoger a las mismas. y por último incidir en el control de las lonjas donde se venden inmaduros.
Dentro de estas conclusiones, los representantes del sector pesquero y el alcalde recalcaron que el interés del sector es “continuar trabajando en un sector tradicional y que siempre ha identificado a la localidad, algo que se pone muy complicado si la administración ante un problema la única solución que plantea es la del cierre del caladero”.
