Como en la última obra de mi buena amiga Begoña Curiel “La Película de tu Vida” que presentó en los espacios de Alcultura y que es un ejemplo de cómo vencer obstáculos a través de las historias de sus protagonistas, recuperamos la ilusión y nos mantenemos incansables ante cualquier dificultad o una jornada de perros en las que mejor es ni mirarnos al espejo.
Saltamos barreras entre días grises y azules, cambiando y combinando, olvidándonos de las prisas y manejando nuestros tiempos, poniendo atención donde se producen los despistes, vacunándonos contra lo imprevisto, cambiando el chip en lugar de persistir en el error.
Hay a quienes les resulta difícil superar las dificultades del camino, porque están permanentemente instalados en la cátedra de la perfección, apelando al optimismo pero sin analizar las dificultades de quienes le rodean, reclamando lo que no cumplen y apoyando aquello de lo que reniegan
Navegamos por el mundo procurando no causar dolor e intentando evitar todos los disparos que van directamente a nuestros corazones, esperando aumentos que solo son déficits y recortes, buscando lo consecutivo donde solo hay interrupción.
Vencer los obstáculos depende mucho de nuestra actitud, de las órdenes y símbolos que manejemos, de las miradas que proyectemos, de la complicidad que establezcamos, de los sentimientos y emociones que seamos capaces de gestionar.
Entre comunicaciones e incomunicaciones, urgencias y silencios vamos fabricando opciones y alternativas, decimos lo que no pensamos y pensamos lo que jamás llegaremos a pronunciar., revolucionamos las ideas e ideamos revoluciones.
Evitamos decidir y aprobamos lo que no conocemos, defendemos el cuanto peor, mejor en lugar de tomar partido por el compromiso y el riesgo de reivindicar y no resignarnos, hacer frente al pesimismo y sentirnos orgullosos de nosotros mismos.
Nos movemos entre lo real y lo imaginable, el crecimiento y el descenso, el resolver los problemas o permanecer inmóvil, el fin de la dependencia o el principio de la autonomía, las ventajas de lo fácil y los inconvenientes de lo difícil
Los avances y retrocesos que nos ofrece la realidad, nos arrojan diagnósticos perfectos y soluciones a medida. Ocurre que ni lo uno ni lo otro son ciertos, y terminan manifestando la evidencia de un fracaso que solo nos conduce a la frustración.
Vamos cambiando de estilos y parecemos otros aunque seamos los mismos, aunque a veces parafraseando a la película del director andaluz Alberto Rodríguez parezcamos “El hombre de las mil caras” ,lejos de cualquier tipo de surrealismo y de que tengamos que aprender a ver más allá de nuestras narices, de las llamas y el fanatismo.
La vida es una paleta de sensaciones en la que pasamos el tiempo intentando pintar algo, entre la irreverencia y la falta de respeto. Debía mostrar paciencia y confianza. Era consciente que era una persona con mucho futuro que nunca parecía llegar.
Hasta ahora nunca había fallado en sus promesas y aunque una noticia le iba a sorprender negativamente, estaba seguro que todo saldría bien, solo debía buscar las personas adecuadas y apartar de su camino el miedo y la duda para poder desenvolverse de forma libre.
