Turbulencias asociadas a condiciones meteorológicas muy adversas y datos sobre mediciones “incoherentes” transmitidas desde el vuelo AF447 sobre su velocidad son casi las únicas pistas que quedaban ayer tras cinco días de búsqueda del rastro del avión, en el que viajaban 228 personas de Río de Janeiro a París.
Los responsables franceses de la investigación salieron ayer al paso de lo que denominaron “informaciones más o menos exactas” o “intentos de explicación” del accidente y sugirieron que se basan en datos incompletos y no comprobados.
El Organismo de Investigación y Análisis (BEA) confirmó que, en el estado actual de las pesquisas, los “únicos elementos” que pueden darse como “establecidos” son que el avión se encontraba en una zona de turbulencias características de la región y el dato de las mediciones “incoherentes” sobre la velocidad a la que volaba.
La atención está puesta ahora en la comparecencia que los responsables del BEA tendrán hoy por la mañana en Le Bourget, a las afueras de París, en la que se esperan nuevos detalles sobre el siniestro.