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Lunes 18/11/2024
 

Curioso Empedernido

El mundo sigue

Van de demócratas y participativos, pero en el fondo y en ocasiones hasta en las formas son unos totalitarios que solo piensan en someter a sus adversarios

Hay quienes piensan que el mundo se pararía si ellos decidieran bajarse, que todo se iría al carajo y que nada funcionaría. Pobres criaturas que no son conscientes de la relatividad  de su papel  y que padecen el síndrome de Adán que piensanque todo esto empezó con ellos y que como ellos fueron los que al parecer les pusieron los nombres a las cosas, creen que con solo cambiarlos transforman la realidad o le conceden un poder mágico.

En los últimos tiempos hemos visto a mucha gente saltar de las barricadas o los círculos en la calle al hemiciclo, de ser antisistema a querer ostentar la vicepresidencia del Gobierno de España, de ser tertuliano a conceder entrevistas a los de arriba y a los de abajo.

Son gente que siempre daba el primer paso para colocarse al frente de cualquier manifestación  y ahora están en el tacticismo de los despachos para ver como en los mercados bursátiles, si sus acciones electorales suben o bajan y se han convertido en la peor y más deleznable de las castas pero con distinto vestuario y maquillaje.

Tienen una gran habilidad para convertirse en el punto central de la atención de los otros, y juegan al transformismo de ocultar su afán antisistema bajo una piel de un manso y dulce cordero. Van de demócratas y participativos, pero en el fondo y en ocasiones hasta en las formas son unos totalitarios que solo piensan en someter a sus adversarios, como si fueran sus enemigos a derribar en el continuo videojuego en el que se desarrollan sus vidas.

Son doctores del populismo y la demagogia, que están dispuestos a decir y hacer el mayor de los disparates, con tal de poner en crisis a las instituciones y si es posible hacerlas quebrar para  incrementar la insatisfacción y el desaliento de la ciudadanía.
Su dialéctica es el insulto y la amenaza, lo que además de intolerable produce indignación, frustración y resentimiento. Piensan que les beneficia el cuanto peor, mejor para ellos. Y ya comienzan a copiar lo más rechazable  de los integrantes del sistema de castas, en una lucha encarnizada por el poder.

Y aunque pase lo que pase, el mundo sigue, todo lo que ellos enjuiciaban y criticaban, les está sucediendo y  lo están reproduciendo. Ya están entre ellos a la gresca y el profesor de la banda termina reconociendo que lo que quería presentarse como una gran hermandad es un polvorín a punto de explotar.

Hay muchos votantes que confiaron en ellos y hoy se sienten engañados , tal vez  porque comprueban   que están  más pendientes de las cámaras que de los problemas de la ciudadanía y no dejan  de mirarse en los espejos de los platós  en lugar de salir a la calle.

Dedican más tiempo a los juegos de tronos  que a los discursos revolucionarios, a ocupar sillones que a cumplir promesas, aver al adversario en quienes podrían ser  sus posibles aliados, para cumplir con el único y obsesivo fin de eliminarlos y sustituirlos.

Seguro que a estas alturas del artículo saben ustedes a quienes me estoy refiriendo, no quiero plantearles la solución de un jeroglífico ni un rompecabezas o una adivinanza, ni tan siquiera resolver el complicado problema que don Mariano Rajoy, aún Presidente en funciones nos plantea “Tenemos que fabricar máquinas  que nos permitan seguir fabricando máquinas, pero  lo que no van a hacer nunca la máquinas es fabricar máquinas”.

Tengo mis dudas si cada uno de ustedes ha sido capaz de resolver la verdadera identidad de estos personajes, si no pueden uno a uno, estoy convencido que PODEMOS entre todos y todas.
                         

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