Dos hombres procedentes de Europa del Este fueron condenados en estos últimos días por la Sección VII de la Audiencia Provincial a sendas penas de once años y dos meses y nueve años y medio de prisión por haber tratado de introducir, mediante el uso de un velero, unos 590 kilos de cocaína a través del Puerto de Sotogrande.
La pena de mayor duración ha sido impuesta al patrón de la embarcación, V.I., mientras que el otro condenado, del que solo se conoce una inicial, I, estaba considerado un “operario” de una de las empresas del patrón.
La operación se remonta a marzo de 2013, cuando agentes de la Guardia Civil abordaron un velero que había atracado en un embarcadero privado del puerto de Sotogrande y lograron la intervención de 590 kilos de cocaína.
La actuación, dirigida por los centros de mando de las comandancias de la Guardia Civil en Algeciras y Málaga, comenzó con un dispositivo de control sobre una embarcación sospechosa de transportar droga que navegaba en aguas internacionales con rumbo hacia la costa mediterránea. Los agentes que le seguían comprobaron que se había adentrado sin luces hacia una zona de embarcaderos privados en el puerto de la urbanización de Sotogrande.
Al llegar al puerto, sus ocupantes fueron interceptados con la colaboración de la Policía Local y los servicios de seguridad del puerto. Dentro de la cabina se hallaron numerosos sacos de arpillera utilizados para envolver la cocaína, que estaba en su interior en pastillas.
Por ello, se procedió a la detención de los dos tripulantes (uno de ellos portaba una pistola de 99 milímetros parabellum con munición), que ingresaron en prisión posteriormente por orden judicial.
Agentes del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) efectuaron varios registros en viviendas de San Roque y Marbella, donde se intervino material informático, de navegación y vehículos de alta gama.
El presidente de la Sección algecireña de la Audiencia, Manuel Gutiérrez Luna, resaltó a VIVA CAMPO DE GIBRALTAR el cambio de tendencia registrado entre los traficantes de droga, que utilizarían cada vez con mayor frecuencia el puerto de Sotogrande para cometer sus fechorías. Tal y como ocurrió en el caso del velero en el que se encontraron 590 kilos de cocaína, en marzo de 2013, se utilizarían embarcaderos privados por donde se trataría de introducir la droga. Gutiérrez Luna indica que esta tendencia ha podido verse en juicios recientes.
Durante la vista, la defensa de los acusados trató de poner en entredicho la entrada y registro al velero por hacerse sin consentimiento. Además, decían que V.I. no estaba allí. Sin embargo, según indicaron fuentes de la Guardia Civil desde el propio atraque se podían ver los bultos, y policías locales demostraron con su testimonio la implicación del patrón de la embarcación.