Según la organización, más de 27.000 delegados de 182 países se registraron en el Foro que se celebra este año en dos sedes a la orilla del Cuerno de Oro.
Los jefes de Estado, parlamentarios, líderes locales, expertos, representantes de ONG y empresas debatirán hasta el próximo domingo los problemas más acuciantes del líquido elemento con el objetivo de introducir el agua en la agenda política de los dirigentes mundiales en la dirección marcada por los Objetivos del Milenio de la ONU.
España participa en el Foro con un espacio de 144 metros cuadrados en los que expondrá sus proyectos, incluyendo los de varias empresas especializadas en la distribución y el tratamiento de aguas, desalinización, ingeniería hidráulica y bombeo de agua.
Durante el acto de inauguración, el ministro turco de Medio Ambiente, Veysel Eroglu, dijo que el ejemplo de la Alianza de Civilizaciones sirve para resolver los conflictos del agua.
Asimismo, muestra que el camino correcto es “el diálogo y la cooperación”, ya que “la estabilidad y la paz pueden mantenerse a través de una correcta distribución del agua”.
Sin embargo, Eroglu no hizo referencia a los conflictos del agua con Siria, el país vecino, que acusa a Turquía de alterar en su propio beneficio el caudal del Éufrates a través de los grandes embalses en la cuenca alta del bíblico río.
Precisamente es esta “doble moralidad” la que denuncian los activistas anti-foro, que han organizado una serie de protestas a lo largo de esta semana que culminarán en un Foro Alternativo de carácter ambientalista.
Los críticos afirman que un foro de este tipo no debería ser organizado por una institución privada, sino por las Naciones Unidas, y además acusan al Consejo Mundial del Agua de ocultar, tras un mensaje “pseudo-ecologista”, la intención de incrementar el papel de los intereses privados en la gestión del agua.
Un total de 17 activistas turcos fueron detenidos por protestar contra la comercialización del agua y dos mujeres de la organización “International Rivers” fueron desalojadas de la inauguración del Foro por abrir una pancarta contra la construcción de presas.
“El Foro se considera como un proceso de trabajo abierto y transparente a favor del derecho al agua, pero su represión revela la naturaleza exclusiva y un claro desprecio por los derechos humanos”, denunció en un comunicado el Foro del Agua del Pueblo, un grupo internacional a favor de un acceso público al agua.
La organización criticó asimismo que Ger Bergkamp, director del Consejo Mundial del Agua, se negara a condenar las detenciones.