La ley ya había recibido el respaldo de la Cámara de Diputados en julio y ahora debe pasar el examen del Consejo Constitucional, a cuyo dictamen la sometió el propio presidente de la Asamblea Nacional, Bernard Accoyer, para eliminar cualquier incertidumbre.
El Constitucional dispone ahora de un mes para pronunciarse sobre la ley que, de pasar este último trámite, puede entrar en vigor en la primavera de 2011, tras medio año de periodo de información.
Las dudas jurídicas sobre la prohibición del burka son las únicas que han generado división entre la clase política francesa, masivamente favorable a prohibir un vestido que va contra los principios de la República.
Por esa razón, la polvareda que ha levantado este texto en la calle no se corresponde con la unanimidad que tuvo en las cámaras, donde ha sido aprobada casi sin oposición.
En el Senado votaron a favor 246 parlamentarios y uno sólo lo hizo en contra.