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Sábado 02/11/2024
 

sociedad

Uno de cada diez niños en el mundo está sometido a trabajo infantil

La OIT señala que en los últimos años, África Subsahariana ha experimentado un fuerte repunte, con cerca de un 20% de niños trabajadores

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Un total de 151,6 niños en todo el mundo se ven obligados o forzados a trabajar, pese a no haber cumplido aún la edad mínima legal para ocupar un puesto de trabajo, según las estimaciones del último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El documento muestra que, en términos globales, se han reducido tanto la cifra como el porcentaje de niños trabajadores, pero existen áreas, como los países de África Subsahariana, en los que se ha incrementado fuertemente el trabajo infantil durante los últimos cuatro años.

De hecho, pese a que el estudio (que se elabora cada cuatro años), muestra que hay 16 millones menos de niños trabajadores que en la última edición, publicada en 2013, y 100 millones menos que en el 2.000, la evolución muestra que la reducción es cada vez menor y sus responsables creen difícil cumplir el objetivo de erradicar el trabajo infantil en 2025.

"Todavía hay alguna esperanza porque se sigue reduciendo, pero el ritmo actual no alcanzaría a cumplir el objetivo de erradicar el trabajo infantil en 2025. Sería una derrota moral", ha reconocido el director de la oficina de la OIT para España, Joaquín Nieto.


El informe, titulado 'Global Estimates of Child Labour', amplía la recolección de datos respecto a ediciones anteriores con encuestas sobre 30 países europeos y otros territorios como China, de los que no se tenía información detallada en anteriores versiones del estudio.

Así, por regiones, se estima que el trabajo infantil afecta a un total de 72,11 millones de niños en África, de los cuales 31,53 millones realizan trabajos peligrosos; a 10,7 millones en América, de los cuales 6,5 millones realizan trabajos peligrosos; a 62,07 millones de niños en Asia y el Pacífico, de los cuales 28,46 millones realizan trabajos peligrosos; 5,53 millones en Europa y Asia central, de los cuales 5,34 millones realizan trabajos peligrosos; y 1,16 millones en los países árabes, de los cuales 616.000 realizan trabajos peligrosos.

NIÑOS DE 5 A 11 AÑOS QUE TRABAJAN EN EL CAMPO, EL PERFIL MÁS FRECUENTE

Además, permite realizar un "perfil" de los niños trabajadores: el grupo más grande lo forman los niños y niñas de 5 a 11 años, que "son precisamente el grupo más vulnerable", seguidos de los niños de 12 a 14 años (28%) y de los de 15 a 17 años (25%), aunque en algunos países este último tramo de edad ya permite trabajar, por lo que no aparecen en este grupo.

La gran mayoría de ellos trabaja en la agricultura, que engloba al 71% de todos los niños 'trabajadores' (un porcentaje que se eleva al 85% en los países africanos), 101 millones de niños en total; seguido del sector de servicios (incluyendo el trabajo doméstico), que ocupa a 26 millones de niños, y el sector industrial, en el que trabajan en torno a 18 millones de niños, según la estimación.

En este sentido, el sexo influye en el trabajo mayoritario entre niños y niñas: hay 23 millones de niños más que de niñas en ocupaciones laborales y 17 millones de niños más en trabajos peligrosos, una diferencia que se incrementa en los grupos superiores de edad, aunque los autores del informe destacan que los resultados podrían "subestimar" la realidad del trabajo infantil femenino, debido "están más presentes en trabajos menos visibles, como el trabajo doméstico".

"Es mucho más frecuente que las niñas realicen tareas domésticas a cualquier hora de la semana. Representan dos tercios del total de 54 millones de niños de entre 5 y 14 años que realizan labores domésticas al menos 21 horas a la semana, una tiempo a partir del cual se considera que el trabajo doméstico afecta a la capacidad de los niños de asistir y beneficiarse de la escuela", explican.

Asimismo, señalan que es también más frecuente que las niñas "tengan obligaciones dobles", tanto en el hogar como en una ocupación laboral.

La visión panorámica indica que continúa la tendencia a la baja en el número de niños y niñas empleados laboralmente, aunque lo hace de forma más leve; y en algunas regiones incluso aumenta, especialmente allí donde hay conflictos o han ocurrido catástrofes naturales.

"Hay una fuerte correlación entre el trabajo infantil y las situaciones de conflicto o desastres --aseguran los autores del estudio. La incidencia del trabajo infantil en los países afectados por enfrentamientos armados es un 77% superior a la media global, y la incidencia del trabajo peligroso es un 50% mayor que a nivel global".

CASI LA MITAD TRABAJAN EN OCUPACIONES PELIGROSAS

En este sentido, los responsables del informe hacen hincapié en que el número de niños y niñas que realizan trabajos peligrosos es "prácticamente la mitad" del total, 73 millones, un riesgo añadido teniendo en cuenta que quienes los llevan a cabo son personas no totalmente formadas y que una cuarta parte de ellos tienen entre 5 y 11 años.

Entre estas figuran la manipulación de productos químicos y herramientas en tareas del campo y de la industria, trabajo con maquinaria, transporte de cargas pesadas o exposición a unas condiciones de trabajo peligrosas, como una jornada laboral bajo el sol trabajando el campo, llevar a cabo labores en alturas, bajo el agua, en espacios confinados o realizar trabajo nocturno, entre otras.

"No son adultos pequeños. Su sistema nervioso, óseo, muscular y endocrino no está totalmente formado y les está afectando. Los trabajos peligrosos vana tener una incidencia en ellos mucho más grave que en el resto de los trabajadores", ha advertido el representante de la OIT en España.

Por todo ello, los responsables del estudio y de la OIT han hecho un llamamiento a todos los países a redoblar esfuerzos y reconducir la "significativa desaceleración" que muestra el nuevo informe a partir de los datos de 2016.

"Incluso manteniendo el rimo alcanzado entre 2008 y 2012, el más rápido registrado, no sería suficiente", advierten desde la organización internacional, que elabora este informe cada cuatro años desde el 2000.

Así, reclaman la puesta en marcha de políticas públicas y medidas que permitan aumentar los ingresos de los miembros adultos de las familias para evitar que los menores tengan que colaborar con el mantenimiento económico de las familias, reforzar los sistemas de protección social y asegurar "educación gratuita, universal y obligatoria hasta la edad mínima de admisión al empleo" para garantizar que los niños entran en la vida adulta con al menos unos conocimientos y una preparación "mínimos" para poder salir adelante.

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