El Ayuntamiento de Sevilla, a través de la delegación de Igualdad, Educación, Participación Ciudadana y Coordinación de Distritos, ha conmemorado el 90 aniversario de la II República de España con una ofrenda floral en la tumba de Diego Martínez Barrio, concejal sevillano que fue presidente de la II República, de las cortes, ministro y concejal sevillano en dos ocasiones.
A este acto han asistido representantes de las entidades que forman parte de la mesa de participación de memoria histórica municipal y que coordina la Oficina de Memoria Democrática. Se trata de la primera ocasión en la que el Ayuntamiento asume la iniciativa en coordinación con la asociación que lleva el nombre de este ilustre sevillano nacido en la calle Lirio después que sus restos retornasen a España en el 2000, 38 años después de su muerte en París, tal como destaca el Consistorio en un comunicado.
De origen humilde, Diego Martínez Barrio trabajó en una panadería, un bufete de abogados y en una imprenta, lo que le permitió entrar en contacto con ideas políticas. En 1910 y en 1920 fue concejal de la capital. Resultó designado como representante en las cortes en 1923, aunque el Tribunal Supremo anuló el nombramiento en favor de Juan Ignacio Luca de Tena, que se negó a tomar posesión del cargo.
Exiliado durante la dictadura de Primo de Rivera, volvió a España con la proclamación de la II República y fue nombrado ministro de Comunicación. En 1933 fue nombrado presidente del Gobierno que convocó elecciones debido a su reconocida moderación, permitió la fundación y participación de Falange y ocupó diferentes ministerios durante sucesivos gobiernos, incluyendo la vicepresidencia del consejo.
En 1936 fue designado como presidente de las Cortes, tras la destitución de Alcalá Zamora, presidente de la República entre el 7 de abril y el 10 de mayo. Azaña le encomendó posteriormente un gobierno de conciliación tras la dimisión de Santiago Casares Quiroga para frenar la inminente Guerra Civil. A la caída republicana, se marchó a Sudamérica y estableció su residencia en París, donde fue nombrado presidente de la II República en el exilio y donde murió en 1962.
En este marco, la delegada de Hacienda del Ayuntamiento de Sevilla, Sonia Gaya (PSOE), ha destacado en este acto "el compromiso municipal con la memoria democrática para devolver la verdad, la justicia y la reparación a todas las víctimas". "Nuestra historia manifiesta la necesidad de preservar nuestros valores democráticos en unidad para que todos los sacrificios de los que perdieron la vida por defenderlos no queden en vano", señala.
Así, recuerda que este compromiso se materializa en la apertura de la Oficina de Memoria Histórica en 2015 y las iniciativas que ha desarrollado para la atención a las víctimas de la guerra civil y sus familias, la documentación y divulgación, la eliminación de símbolos de la dictadura franquista, y sobre todo, los trabajos de exhumación que se están desarrollando en la fosa de Pico Reja, la más importante abierta en la actualidad en todo el país.