Miguel Ángel Castro (Sevilla, 1965) encara un
nuevo mandato al frente de la
Universidad de Sevilla. Después de no pocos contratiempos derivados de la pandemia (el proceso electoral se tuvo incluso que suspender), el catedrático de Química Inorgánica revalidó como rector de la institución para los próximos cuatros años con 174 votos de los 251 emitidos por los claustrales.
Asegura que su nuevo mandato arranca con
“espíritu constructivo”,
“sin ánimo de molestar a nadie” y con el propósito de “seguir defendiendo” los intereses del sistema universitario público andaluz “con el tono, la claridad y el rigor que nos corresponde” a los universitarios.
Por eso, y una vez encarrilada la aprobación de los Presupuestos de Andalucía para 2021, Castro sigue “
instando, desde el respeto, a que se revise el recorte de 135 millones” (dinero detraído de los ahorros de las universidades) porque “no hay ninguna razón para que eso sea así”. “Si han tenido que coger ese dinero, háganlo, pero apúntelo que nos lo deben. Y nos lo deben no porque tengamos una cuenta de resultados económica, sino una cuenta de resultados social, de igualdad de oportunidades”. “
Esa reivindicación sigue presente y estoy deseoso y esperanzado en que la razón sea la que pese”, apostilla.
Por el momento, y conociendo los primeros números de las cuentas de 2021 para el sistema público universitario (1.516 millones, un 3,37% más, según las cifras dadas a conocer por la Consejería de Economía, con competencias en educación superior), Castro asegura que “
el incremento porcentual es menor que la media de lo que se produce en el entorno más cercano”. “
La sensación es que podría haber sido mucho mejor si de verdad se creyera en las universidades. Vamos a ver los siguientes pasos. Lo que nos toca a todos es buscar los puntos de encuentro. De momento, trabajaré para que sea posible la mejor distribución para el sistema”, afirma.
La reivindicación de Castro sobre la devolución de los
135 millones de los remanentes se hizo viral con motivo de su discurso de inicio de curso. En dicho acto, en presencia del consejero Rogelio Velasco, el rector criticó esta política de uso de los remanentes (“lo que han defendido para los ayuntamientos no puede no ser defendido para las universidades”) y lamentó que la institución no se merecía
“leer en los rotativos que, de esos remanentes detraídos para atender las urgencias de la terrible pandemia, se empleen 11 millones de euros para sufragar las cuentas de la RTVA. Más importante que el show de Bertín lo es la educación superior”.
“
Ese discurso lo volvería a decir, enfatizando de otra manera para, más que sensibilizar a las redes, sensibilizar a mis gobernantes. Éste es el momento de apostar por las universidades. Y eso lo diría ahora si cabe más fuerte”.
Miguel Ángel Castro apunta a Europa cuando busca argumentos con los que defender esa necesidad de contar con la universidad como “aliada” de los gobiernos. “Si quieren captar fondos de esos 174.000 millones de euros, usen el poder de los actores principales en este asunto. Y ese actor es la universidad pública”.
“La Universidad de Sevilla es la institución que más dinero ha captado del Horizonte 2020 en los últimos años en la región”, recalca. Por eso, abunda, “se trata de intentar convencer de que cuenten con nosotros porque con nosotros tendrán muchas más probabilidades de que la captación de fondos llegue para transformar esta sociedad”.
Si la
financiación es uno de los asuntos pendientes, el otro “debate” abierto está relacionado con la
oferta de titulaciones y la
empleabilidad de los egresados en función de esa formación que reciben. Una “reflexión”, en palabras del consejero Velasco, que se pedía hacer a colación de los resultados de un informe elaborado por la consultora KPMG para la Airef, y en el que se ponía el dedo en la llaga de los siguientes asuntos: mapa de titulaciones, tasa de empleabilidad, bonificación de las matrículas y número de altos cargos en los equipos de gobierno universitarios.
“No me siento reflejado con algunas” de las conclusiones, deja claro el rector de la Universidad de Sevilla. De hecho, sobre titulaciones, Castro pide que “
si es que sobran, tendrán que decir cuáles y por qué”. Por lo pronto, la universidad asegura que, en su caso, la “demanda es extraordinariamente alta”.
En materia de inserción laboral, el rector confirma que está ya en marcha un trabajo en el que “desagregaremos” los datos, de manera que se analizará la inserción laboral por nivel de estudio vinculado éste al nivel socioeconómico. Y lo explica: “Hay dos brechas a la hora de acceder a un trabajo: la de la formación y la del lugar de procedencia. Conforme uno avanza en formación, más opciones tiene de encontrar un trabajo. Pero cuando la comparación incluye el entorno, cuantos más contactos y renta se tienen, más opciones hay de lograr un empleo. Se crea pues un lapsus, una variación”. “Por tanto -continúa-, comparar la inserción laboral de una universidad a la que se accede sólo por renta, con otra donde accede una parte proporcional de la sociedad con diferentes niveles, es comparar castañas con melones”.
“
Me he comprometido a aportar datos y lo haremos como corresponde a la universidad, desde el rigor científico y académico, y será presentado en revistas de alto impacto”, sentencia.