El Ayuntamiento de Sevilla encarrila la construcción de la ampliación del tranvía desde San Bernardo hasta el centro comercial Nervión Plaza después de haber aprobado ayer la comisión ejecutiva de la Gerencia de Urbanismo el informe de calificación ambiental, “requisito previo para la licitación del proyecto”, aclaró el delegado de Urbanismo, Antonio Muñoz.
Los plazos a partir de este momento, según los cálculos someros de Muñoz, apuntan a que, antes de que termine el año, estará cerrada la negociación de la financiación con el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), que soportaría un 80% de los más de 31 millones en los que está presupuestada la ampliación. De forma paralela, se tramitará el expediente de licitación del proyecto con el objetivo puesto en que, en el primer trimestre del año, “podrían estar iniciadas las obras”.
El informe ambiental que avala la ampliación del tranvía contesta en 178 páginas a las alegaciones presentadas por una decena de entidades. Una de las alegaciones más recurrentes tenía como fin tumbar la construcción de un túnel para hacer el giro entre Ramón y Cajal y San Francisco Javier en dirección a Nervión. Los técnicos defienden que “la solución del paso inferior resulta en la evaluación ambiental como la solución más conveniente por motivos de seguridad de los peatones, tráfico rodado y accesos a aparcamientos, así como por una mayor velocidad comercial”. Si el paso se hiciera en superficie, “se entorpecería el tráfico generando atascos y más gases de efecto invernadero y disminuiría la velocidad comercial” del transporte, lo que mermaría su competitividad. “Tendríamos una infraestructura costosa que no es usada por no ser competitiva”.
En relación al coste y a la petición de fondos a IDAE, el informe apunta que a este organismo se le pide sufragar un 80% del presupuesto final, 31,3 millones de euros. Dentro de este presupuesto, la empresa municipal Tussam tendría que abonar 7,9 millones de euros en material (los vehículos, fundamentalmente).
Los técnicos de Movilidad contestan también a la queja de Adelante Sevilla sobre la demanda futura de viajeros del tranvía, calculada con "datos desfasados". En su replica, reconocen que entre 2013 y 2015 hubo una "fuerte crisis", momento a partir del cual "la curva de flujo se recupera, causado por la superación de la crisis, renovación de la flota de Tussam, aumento de personal y la mejora de frecuencia y paso".
La asociación en defensa del patrimonio (Adepa) alegó contra el proyecto sugiriendo como solución de movilidad para la zona una red de autobuses rápidos (BTR) a semejanza de San Sebastián. Para los técnicos, esta propuesta y la comparación no es posible entre la capital vasca y Sevilla porque ambas tienen "orografías distintas".
La empresa El Corte Inglés, donde está previsto que pare el tranvia en su primera fase de ampliación, también presentó alegaciones. Dos de ellas están centradas en la estación "provisional" de Luis de Morales y en la reordenación del tráfico durante la ejecución de las obras. En relación a la primera, la parada se justifica para "poder recoger la demanda y trasbordo públicos". En cuanto a la afección al tráfico mientras se hacen los trabajos de construcción, el informe confirma que se "prevén soluciones constructivas para reducir al mínimo el plazo de ejecución". Se "contempla la ejecución de la losa superior del paso inferior y posterior con la excavación en mina para evitar afecciones".
Si en algo coinciden los alegantes al proyecto es en llamar la atención sobre el hecho de que el transporte propuesto no reduce la contaminación. En esto, el informe es taxativo: "No parece lógico suponer que la introducción de un sistema público de transporte limpio y competitivo genere un aumento del tráfico rodado y, por ende, un aumento de las emisiones". Ítem más sobre la contaminación atmosférica: "No se aporta ningún estudio. No deja de ser una opinión personal", de las entidades que alegan.
Capítulo aparte merece el efecto del tranvia en los árboles y zonas verdes. Sobre esto, el informe se remite a un anexo y actuación específicos sobre la materia.
El informe es favorable pero está condicionado a que se solventen cuestiones de firmas de documentos, ahora dispares, como así se deja constancia en la página 3 del documento.
Igualmente, se proponen "medidas correctoras" que certifiquen un plan de mantenimiento de raíles y ruedas para "contrarrestar el ascenso de los niveles de vibraciones que pueda generar el mal estado de los mismos, gestión de residuos, calidad acústica y contaminación lumínica". El proyecto "no es preciso remitirlo a Patrimonio porque el trazado no afecta a ninguna zona cautelada por el PGOU".
El delegado de Urbanismo, Antonio Muñoz, ha aclarado a las entidades y particulares que han alegado al proyecto de ampliación, sobre todo en lo relacionado con las zonas verdes, que no era éste "el momento procesal" para aclarar la actuación en esa material. "Se está trabajando ya en un proyecto de urbanización. Cuando lo vean, estarán incorporadas" cuestiones planteadas en sus alegaciones, ha apuntado Muñoz.