Este lunes ha comenzado en la Audiencia de Sevilla el juicio con jurado popular promovido contra Enrique R., el varón acusado de asesinar en octubre de 2018 a su ex pareja sentimental en la capital hispalense al asestarle varias puñaladas con un cuchillo, hechos por los que la Fiscalía pide para el investigado 25 años de cárcel, si bien durante esta primera sesión, su abogada defensora y él mismo han asegurado que fue la fallecida quien le atacó a él con el arma blanca por "celos", con la "mala suerte" de clavarse el cuchillo en el pecho al forcejear ambos.
Durante esta primera sesión del juicio, la Fiscalía ha desgranado su escrito de acusación, en el que reclama para el acusado 25 años de prisión y la medida de libertad vigilada post penitenciaria durante diez años por un presunto delito de asesinato con las agravante de parentesco y de género, así como el pago de una indemnización total de 180.900 euros a los dos hijos menores de edad de la víctima, de once y 13 años de edad a la fecha de los hechos.
Según la Fiscalía, el acusado mantuvo una "relación sentimental análoga a la conyugal" con la víctima, de 35 años y llamada Fátima, finalizando la misma en 2017. No obstante, tras salir en marzo de 2018 Enrique R. de la cárcel donde cumplía condena, el mismo habría intentado infructuosamente reanudar la relación y habría comenzado a "vigilar" a Fátima aprovechando que ambos residían en el mismo bloque de viviendas, él en la segunda planta y ella en la tercera.
Aprovechando así que conocía las "rutinas" de Fátima, según la Fiscalía, sobre las 8,00 horas del 23 de octubre de 2018, Enrique R. la esperó en un rellano del segundo piso del edificio de viviendas, después de haber quitado la bombilla de dicho lugar, para asegurarse de que el mismo estaba "a oscuras" para perpetrar sus propósitos. Es decir que según la Fiscalía, "preparó minuciosamente el crimen".
Al subir ella la escalera, según la Fiscalía, el acusado "la asaltó por sorpresa" en el citado rellano de la escalera y le asestó varias puñaladas" con un cuchillo "de grandes dimensiones", alcanzándole en órganos vitales como los pulmones y el corazón, para después abandonar la escena dejando allí a la víctima. Así, la fiscal ha señalado el "ánimo de matar" de Enrique R., haciendo hincapié en la agravante de género porque habría asesinado a Fátima "por el hecho de ser mujer".
"ASESINATO A TRAICIÓN"
La acusación particular, ejercida por la Junta de Andalucía al tutelar a los hijos menores de edad de la fallecida, ha considerado de su lado que los hechos constituyen un "asesinato con alevosía", cometido a "traición" y sin que Fátima tuviera opción de defenderse.
Pero la abogada defensora de Enrique R. ha pedido al jurado que reflexione sobre "los eslóganes feministas de que la mujer dice la verdad sí o sí", porque "todos saben que hay hombres víctimas condenados por el sistema", extremo que a su entender sucede con el acusado, al acumular ya casi dos años en la cárcel a la espera de este juicio.
Según la abogada defensora, Enrique R. fue "sorprendido" por Fátima, una mujer que según ha descrito "no era una persona indefensa", pues era "valiente y capaz de enfrentarse en pelea a cualquier hombre sin miedo a nada". Es más, según la abogada defensora del acusado, Fátima se habría enfrentado "a un vecino de etnia gitana" usando para ello "cuchillos y cristales".
Bajo esa premisa, la abogada ha asegurado que la mujer sabía que aquella mañana, Ebrique R. debía acudir a Córdoba con motivo de un juicio, coincidiendo que en dicha cuidad él tiene a "su exmujer" y a una hija. Según la letrada, Fátima estaba "celosa" por aquel viaje de Enrique R. a Córdoba, por lo que fue ella, según su versión, quien se ocultó en el rellano de la escalera y se "abalanzó violentamente" sobre él con el cuchillo, llegando a provocar un gran corte en una mano al acusado. Al "luchar" ambos por el control de cuchillo, según la abogada defensora, medio la "mala suerte" de que ella falleciera.
"LA VÍCTIMA HA SIDO ÉL POR SER HOMBRE", DICE SU ABOGADA
"La víctima ha sido él por el hecho de ser hombre", ha dicho la abogada defensora, agregando Enrique R. que él no quería reanudar la relación que había tenido con Fátima y que era ella quien le "buscaba" a él. Según el acusado, Fátima quiso viajar con él a Córdoba y ante su respuesta negativa, el día previo a los hechos comenzó a "chillar", insultarle y avisarle de que le iba a "matar".
En ese sentido, el acusado, quien ante la Policía y el juzgado de Instrucción se acogió a su derecho a no declarar, ha alegado en este juicio que fue ella quien le asaltó a él en el rellano de la escalera empuñando un cuchillo al grito de "¡hijo de puta!".
"Se vino hacia mí con la mala suerte de que se lo clavó en el pecho en el forcejeo", ha defendido el acusado en alusión a la fallecida y al cuchillo. Empero, ante las preguntas de la fiscal sobre cómo el cuchillo acabó alcanzando a Fátima, quien presentaría varias heridas por arma blanca, ha admitido que no puede "explicar muy bien" cómo se desenvolvió el citado y supuesto "forcejeo".
Eso sí, ha asegurado que Fátima "era una mujer fuerte que se enfrentaba a muchos hombres". "Todo lo que pasó fue por accidente. En ningún momento quise matarla. No soy un asesino", ha asegurado exponiendo que después abandonó el lugar de los hechos porque estaba "paralizado" y admitiendo que se llevó consigo el cuchillo.