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Sevilla

La nueva etapa en San Pablo despega con 100 vuelos diarios

El aeropuerto confía en que en marzo de 2022 se recupere el cien por cien del tráfico de pasajeros de antes del estado de alarma

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  • Los viajeros de fuera de España tendrán que pasar hasta tres controles, entre ellos, uno de temperatura
  • El aeródromo ha invertido 200.000 euros en instalar mamparas, dispensadores de geles y en reforzar la seguridad y la limpieza
  • Las obras de la ampliación de la terminal y de la estación eléctrica se retoman, doblando turnos

La nueva normalidad en el aeropuerto sevillano de San Pablo se traduce, desde esta semana en la que se ha levantado el estado de alarma, en controles sanitarios (tres), distancias de seguridad, limpieza constante (caso de las bandejas donde se depositan maletas y objetos personales) y reactivación de las obras de ampliación de la terminal y de la estación eléctrica (33,3 millones de euros), en las que se doblarán los turnos (mañana y noche) para poder finalizarlas a finales de 2021. La obra de la pista (10 millones de euros) ya se terminó. 

Nueva normalidad en el aeropuerto de San Pablo.

El aeropuerto de Sevilla cerró 2019 con 7,5 millones de pasajeros (una medida mensual de 600.000). Esos eran los números con los arrancaba este año, en el que las previsiones apuntaban a un nuevo récord de viajeros. La pandemia del coronavirus y el estado de alarma han hecho trizas todos los cálculos y han obligado al aeropuerto sevillano (como a todos los aeródromos de AENA) a diseñar un Plan de Recuperación Operativa (PRO), con 40 medidas con las que garantizar, y proyectar hacia el exterior, la nueva marca del destino Sevilla: la seguridad.

En esta primera semana de nueva normalidad, el aeropuerto de Sevilla recibirá una media diaria de 15 vuelos comerciales. Será el 1 de julio con la apertura total de las fronteras y con la recuperación de vuelos internacionales cuando esa cantidad suba de manera notable, hasta alcanzar el centenar. No obstante, serán todavía menos vuelos de los que llegaban en esas mismas fechas en 2019, con hasta 170 al día.

En 2019, eran 71 los destinos de 16 países; en este verano, serán 50 los destinos de esos mismos 16 países, lo que se traduce en un 50% de la oferta global que había el verano pasado ya que habrá una menor frecuencia de viajes (antes era diaria y ahora será de dos o tres vuelos semanales). Si todo transcurre sin sobresaltos, apostilla el director del aeropuerto, Jesús Caballero, San Pablo habrá recuperado en marzo de 2021 el 70% de lo obtenido en 2019 y no será hasta un año después (marzo de 2020) cuando vuelva a las cifras de antes del estado de alarma. ¿Qué sobresaltos puede haber? PPrincipalmente, serán tres los factores que influirán en la recuperación: los posibles rebrotes, la confianza de los turistas y su capacidad económica, apostilla Caballero.  

El Plan de Recuperación Operativa de San Pablo, uno de los 13 aeropuertos españoles que están autorizados a recibir vuelos extracomunitarios, ha supuesto por el momento una inversión de 200.000 euros para instalar 70 mamparas, 64 dispensadores, 1.700 marcas vinílicas, cinco cámaras termográficas (cuatro fijas y una portátil) y tres controles sanitarios. A los más de 200 empleados de AENA que trabajan en San Pablo se les han hecho las pruebas del coronavirus.

Los flujos de pasajeros se han diferenciado entre los nacionales y los extranjeros. Los primeros no pasan controles sanitarios. Los segundos, sí. En este caso y, en primer lugar, las cámaras termográficas toman la temperatura de cada uno de los viajeros, que entregan a los trabajadores de Sanidad Exterior (por el momento en papel y a partir del 1 de julio a través de una APP) una declaración jurada en la que constan sus datos personales y de contacto y dónde se alojarán, con el fin de poder tener la “trazabilidad” en caso de que haya  contagio. Tras la cámara termográfica, el siguiente control es el “visual”, que consiste en que personal médico de Sanidad Exterior y de una empresa externa a la que va a contratar el aeropuerto, hagan una suerte de chequeo a cada pasajero. El tercer y último control sanitario sería en caso de que se detectasen síntomas sospechosos.

Nueva normalidad en el aeropuerto de San Pablo.

Entre las medidas de seguridad, en los vuelos, todo el equipaje se factura y se activará la renovación continua del aire a través del sistema de climatización. Precisamente, el refuerzo de los controles hace que se deba contar con hasta 20 minutos más añadidos al tiempo recomendado previo para el embarque. Por el momento, la restauración y las tiendas no están abiertas en San Pablo. Se irá recuperando esa actividad de manera escalonada, aclaran fuentes oficiales.

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