El rector de la
Pablo de Olavide,
Vicente Guzmán, ha adelantado este miércoles que la institución académica ha diseñado un
Protocolo de Actuación y Plan de Contigencia para el caso de que la
actividad académica sea suspendida como consecuencia del
coronavirus y
garantizar así que los
exámenes de junio se puedan celebrar con garantías.
Una de las medidas adoptadas desde ya (aunque no aparece como tal recogida en el citado protocolo) es la de
reforzar la capacidad del aula virtual para prepararla para que
10.000 estudiantes pudieran entrar en ella y disponer de todos los
"materiales necesarios" para preparar los exámenes.
"
No se trata de alarmar, pero somos un campus único y tenemos que preparar medidas más contundentes para un gestión diferente" a quien tiene sus centros dispersos, como es el caso de la
Universidad de Sevilla, donde se han confirmado por el momento
dos casos de estudiantes contagiadas. Así lo ha explicado
el rector Vicente Guzmán, que
se ha mostrado confiado en que "
en ningún caso se puedan ver afectados" los exámenes de junio. Si hay que adoptar medidas "que se adopten ya", ha expresado en voz alta Vicente Guzmán en la rueda de prensa de balance de sus dos mandatos como máximo responsable del Rectorado, que ha apostillado en tono más distendido: "
Si dependiera de mí, suspendería las clases".
En el caso de la Pablo de Olavide, los
35 estudiantes Erasmus que han cursado parte de su grado este año en Italia ya están de vuelta y, después de 15 días, no han presentado ningún síntoma. Sí que ha reconocido Vicente Guzmán que
hasta cinco de esos Erasmus han decidido por voluntad propia quedarse en cuarentena por haber estado en zona de riesgo.
Con carácter general, la Universidad establece en su protocolo que "
deben comunicarse las actividades no ordinarias, como congresos o jornadas" que vayan a realizar los centros, departamentos o servicios, así como
anima a "reducir la movilidad de la comunidad universitaria". "Se recomienda no viajar a zonas de riesgo identificadas en el ámbito nacional, a no ser que sea estrictamente necesario", así como tampoco a hacerlo a países en los que el Ministerio de Sanidad haya desaconsejado los viajes.
Si hubiera
síntomas de tener la enfermedad mientras se está en el campus, el protocolo exige que
se salga "lo antes posible" de camino a casa. Las indicaciones a seguir para evitar contagios se resumen en
lavarse las manos, estornudar cubriéndose con un pañuelo desechable, evitar el contacto cercano y mantener las habitaciones aireadas.
Los
estudiantes que tengan que estar en
aislamiento preventivo tendrán una "
consideración especial al entenderse que estarían en situación de enfermedad sobrevenida". A aquellos que vivan en residencias o en pisos compartidos, el protocolo les recomienda extremar la limpieza (teléfonos, interruptores de luz, sillas, picaportes de las puertas...), ventilar y no compartir ni toallas ni botellas de agua.
Para el
profesorado y el personal de administración y servicios, el protocolo recoge que, si siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias hubiera que proceder al cierre de aulas, instalaciones, edificios o a la Universidad en su conjunto, "se contemplará, en la medida de lo posible, la
activación del teletrabajo".
En la
cafetería y comedores universitarios, igualmente se deberán tomar precauciones en materia de higiene así como "
evitar los besos y el contacto muy cercano, así como compartir vasos, cubiertos y otros objetos que hayan podido estar en contacto con saliva y secreciones respiratorias".
De hecho, sobre la
limpieza en el campus, el Protocolo está repleto de referencias, instando en todas ellas a un
refuerzo y cuidado extremo tanto por parte de los servicios encargados de esas tareas como del propio personal universitario. Por último, hay medidas también concretas para el
personal de conserjería y de empresas externas que trabajan en el campus.
El coronavirus y sus efectos también planean sobre la convocatoria de elecciones a rector. La comisión electoral se reunirá esta semana para perfilar el calendario, una tarea en la que tendrán en cuenta
varios escenarios posibles en caso de que la actividad académica se viera afectada por medidas más drásticas como consecuencia de la evolución del coronavirus.
Hasta el momento de la campaña electoral, Vicente Guzmán entiende que no habría incidencia ya que todo podría hacerse de manera telemática. Pero la campaña y las votaciones presenciales sí que podrían verse afectados. Por ello, la UPO se ha hecho con un
software con el que poder realizar una
votación telemática con una única e imprescindible condición según Guzmán: que
las garantías de la votación y el proceso estén "fuera de toda duda".