El delegado diocesano de Patrimonio Cultural del Arzobispado, Fernando García Gutiérrez, anunció en el curso de las jornadas “Sevilla, capital europea del turismo 2017” que el Palacio Arzobispal abrirá sus puertas las mañanas de los sábados en un futuro inmediato, extremo ratificado a Viva Sevilla desde la sede de la Archidiócesis. Actualmente se están perfilando los detalles y la logística para hacer frente al deseo del arzobispo, monseñor Asenjo.
Con la apertura sabatina del Palacio Arzobispal y de la colección Bellver en la casa Fabiola, Sevilla sumará dos importantísimos atractivos patrimoniales a su oferta cultural y artística, probablemente a partir de 2017.
El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico califica el Palacio como “uno de los grandes desconocidos a pesar de estar enclavado en el casco antiguo de Sevilla junto a la Catedral, la Giralda y los Reales Alcázares”. Es un edificio que debe valorarse desde tres puntos de vista: el inmueble en sí, el patrimonio artístico que contiene y su legado cultural, al albergar los mejores archivos eclesiásticos.
La escalera principal es de un tiro, tres tramos y una caja rectangular. Está construida con mármoles polícromos, entre los que destaca el rojo. El arranque lo realiza sobre dos niveles de columnas y se cubre con una bóveda elíptica sobre pechinas. Cuenta con balaustres de jaspes reforzados por pequeños pilares rematados en esferas y está cubierta por una cúpula de medio punto revestida de pinturas murales atribuidas a Juan Espinal.
El Salón Principal tiene el techo más ricamente pintado de todos los palacios sevillanos y es uno de los conjuntos pictóricos más importantes del siglo XVIII.