El Ayuntamiento hispalense ha dado un paso más en la movilidad sostenible de la ciudad, esta vez en materia de la bicicleta. El consejo de la Gerencia de Urbanismo aprobó ayer, por la vía de urgencia y con tan sólo los votos a favor del PSOE, los pliegos con las prescripciones técnicas para la contratación, mediante asistencia de un equipo multidisciplinar, de la redacción del Plan de Movilidad Sostenible no Motorizada, Programa de la Bicicleta 2016-2020, que sustituirá al ya obsoleto Plan de la Bicicleta del año 2007.
Este nuevo plan director de la bicicleta formará parte del Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Sevilla (PMUS), cuyos pliegos se aprobaron la semana pasada y en el que ya trabaja la Dirección de Movilidad del Ayuntamiento.
El Programa de la Bicicleta deberá servir para “identificar y analizar” la infraestructura ya existente de carriles bici y para “establecer las bases para un nuevo impulso a la movilidad ciclista en la ciudad” tanto en lo que respecta a la programación de infraestructuras, como a la gestión y fomento de la bicicleta, “con objeto de consolidar y superar el 15% en el reparto modal de los desplazamientos realizados diariamente en la ciudad por medios mecanizados en el año 2020”, según se indica en los pliegos.
El plazo de ejecución para la redacción del nuevo plan será de cinco meses a partir de la formalización del contrato (aunque podrá ampliarse hasta un máximo de cinco meses más), mientras que el presupuesto máximo para el desarrollo de estos trabajos será de 72.600 euros, importe ya previsto en el presupuesto municipal de 2016.
Los contenidos
En lo referente a infraestructuras, el nuevo plan de la bicicleta deberá realizar un diagnóstico del estado de la red de vías ciclistas y de la movilidad ciclista en el momento actual; el análisis del grado de cumplimiento del Plan Director de la Bicicleta del año 2007 y la identificación de los tramos de la red ciclista existentes no resueltos o que presentan problemas de compatibilidad con peatones u otros medios de transporte.
También deberá plantear medidas a tener en cuenta en el desarrollo de la ampliación de la red de vías ciclistas previstas en el Plan Andaluz de la Bicicleta; propuestas de ampliación o remodelación de la red de vías ciclistas hasta 2020 (itinerarios por el Casco Antiguo, vías previstas en el anterior plan no ejecutadas o conexiones con carriles de poblaciones limítrofes), así como soluciones a conflictos comunes en el entorno urbano, entre otros.
En lo referente al fomento y la gestión, el plan deberá incluir un estudio de los aparcamientos de bicicletas y propuestas de mejora y ampliación; la implantación de indicadores del uso de la bicicleta y medidas de mejora del actual sistema de conservación de las vías, así como medidas para evitar el vandalismo y el robo de bicicletas.
Los “peros”
Aunque de partida la iniciativa parece correcta, los pliegos para la redacción del plan tan sólo obtuvieron los votos favorables del PSOE.
IU, por ejemplo, se abstuvo al considerar que el plan “se queda totalmente corto” según su pliego de prescripciones técnicas que se centra, a su parecer, “únicamente en los carriles bici, dejando atrás la problemática del aparcamiento”, además de “no tener en cuenta ni la intermodalidad de la bicicleta con otros medios de transporte ni la participación de ciclistas y expertos” en la elaboración del plan.
Además, critica que el futuro plan de la bicicleta se licite de manera poco transparente -se trata de un negociado sin publicidad y por la vía de urgencia-, al tiempo que señala que la espera del plan “ha servido como argumento para no hacer nada o hacer muy poco en la materia durante estos quince meses de gobierno de Espadas”.
De su lado, la asociación ciclista A Contramano señala que los pliegos pasan muy por encima de la intermodalidad o también respecto a la problemática por la casi inexistencia de aparcamientos para bicicletas vigilados de larga duración en los puntos de origen (viviendas, comunidades de vecinos) y de destino (centros de trabajo, de estudio o de ocio).
La asociación ciclista manifiesta también su preocupación por la poca participación en la elaboración de los pliegos (supuestamente iban a ser tenidas en cuenta las aportaciones realizadas por expertos y asociaciones en la mesa de movilidad), que se limita tan sólo a la realización de una jornada pública de medio día y a la realización de una serie de paneles expositivos.
