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Sábado 30/11/2024
 
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Sevilla

La inseguridad vecinal por el comercio clandestino llega al Pleno

C's elevará una moción para que se extreme la vigilancia policial. Un sector de los trapicheros apunta a los grupos de extranjeros como el origen del conflicto

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  • Moyano y vecinos -

La constante sensación de inseguridad que buena parte de los vecinos de Eduardo Dato y su entorno, en el barrio de Nervión, aseguran vivir en su día a día desde hace al menos cinco años debido a los “trapicheos” y al comercio negro originado alrededor de la tienda de compra venta de artículos de segunda mano Cash Converters llegará al Pleno del próximo martes 31 de mayo de la mano del grupo municipal de Ciudadanos que pedirá, a través de una moción, "extremar la vigilancia policial" para acabar con los "robos, peleas, gritos y hasta menudeo con drogas" que la asociación Nervión Unido señala que existen en la zona.

El edil de C's, Javier Moyano, que en la mañana de este martes se acercó a las inmediaciones de la tienda de segunda mano donde se encuentra el foco del comercio clandestino, solicitó, junto al presidente de la asociación vecinal Nervión Unido, Luis Carrero, “medidas urgentes para acabar con el grave problema de seguridad existente”. En este sentido, en la moción de C's se alerta de “un aumento exponencial de la conflictividad en la zona, provocando un verdadero miedo de los vecinos a ciertas horas ante situaciones de inseguridad como robos y otras actividades sospechosas y presuntamente delictivas en muchos momentos”.

Después de años pidiendo una solución al Ayuntamiento -durante el mandato del gobierno municipal del PP se establecieron de manera puntual operativos conjuntos de Policía Nacional y Local- y sintiéndose desamparados por la normativa municipal, los vecinos y comerciantes decidieron a finales de abril iniciar los trámites legales para costear de su propio bolsillo un vigilante de seguridad privada, algo que les supondría un desembolso de unos 1.000 euros al mes. Ahora, a la espera de los permisos por parte de la subdelegación del Gobierno, Nervión Unido ha decidido paralizar esta iniciativa para ver si se aprueba o no la moción de C's y si se solucionan los problemas. 

Así, la esperanza de estos vecinos está puesta en dicha moción donde se solicita al gobierno municipal del PSOE que "tome la iniciativa para la puesta en marcha de un operativo tanto de Policía Nacional como Local que, coordinado por el Cecop, dote de la necesaria seguridad a la zona y evite la comisión de delitos contra la propiedad y el tráfico de estupefacientes que se producen ante los ojos de vecinos y menores del barrio”.

La idea es la de "aumentar la presencia de la Policía Local" en esta zona de especial conflictividad (Eduardo Dato, Marqués de Nervión, Goya y Cristo de la Sed) e "instar a la Delegación del Gobierno para que se establezcan dispositivos conjuntos (...) utilizando para su coordinación el servicio del Cecop". "No podemos mirar para otro lado. Un barrio de una ciudad moderna y europea como Sevilla no puede tener estos problemas y nos resulta chocante que no se hayan puesto medidas", finalizó Moyano, señalando que espera que todos los grupos apoyen esta medida en el Pleno. 

De un lado los vecinos...

Pero los vecinos quieren ir aún más allá después de tantos años de "quebraderos de cabeza". Es por eso que desde Nervión Unido están estudiando la manera de que se pueda aplicar la normativa andaluza correspondiente a la Ley Antibotellón, cuyo apartado 4 de su artículo 8 señala como infracción leve "la permanencia y concentración de personas que se encuentren consumiendo bebidas o realizando otras actividades que pongan el peligro la pacífica convivencia ciudadana en zona contiguas a un centro sanitario o en sus aledaños" (el Hospital San Juan de Dios está enfrente de la zona conflictiva). 

Además, también están considerando el solicitar el cambio de sentido de la calle Goya (ahora de salida a Eduardo Dato), ya que es en esta vía donde los supuestos trapicheros "se sientes más resguardados" para interceptar a los usuarios que se dirigen al Cash Converters, originando embudos de tráfico. 

Y de otro los "trapicheros"

"No hay que creerse todo lo que cuentan los vecinos, muchas de las cosas que dicen son mentiras intencionadas y en nuestra contra". Son las palabras de uno de los protagonistas del otro lado del conflicto, un joven que junto con su primo lleva acudiendo al lugar mañana y tarde desde que se abriera el Cash Converter "por pura necesidad". "Tenemos familias e hijos que mantener. Esto no lo hacemos por gusto. Si tuviéramos trabajo no estaríamos aquí", dicen.

Consideran los alrededores de esta tienda de segunda mano como "su lugar de trabajo". Explican que antes de la crisis podían hacer al día entre 80 y 90 euros, ahora les cuesta llegar a los 20 ó 30. Y lo tienen claro, desde la llegada hace cinco o seis años de los grupos de extranjeros que también trapichean es cuando comenzaron los conflictos y en este punto sí le dan la razón a laos vecinos. "Los cuatro o cinco españoles que venimos aquí no gritamos ni atosigamos a la gente, son los 30 'moros' que vinieron después".

¿La solución? También la ven complicada pero aseguran que "si de aquí no nos puede echar la policía, no nos echa nadie" (en referencia al vigilante de seguridad que estudían contratar los comerciantes y vecinos). 

 

 

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