El tiempo en: Galicia
Publicidad Ai
Publicidad Ai

Sevilla

La madre acusada de congelar a sus dos recién nacidos niega que los matara

La mujer de Pilas (Sevilla) acusada de matar y congelar a sus dos bebés recién nacidos, que fueron localizados por su marido en dos congeladores en 2012, ha negado hoy que matara a sus hijos y ha asegurado que sólo recordaba uno de los dos embarazos, que había ocultado a toda la familia

Publicidad Ai
Publicidad Ai Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
  • Abogado de la acusación -

La mujer de Pilas (Sevilla) acusada de matar y congelar a sus dos bebés recién nacidos, que fueron localizados por su marido en dos congeladores en 2012, ha negado hoy que matara a sus hijos y ha asegurado que sólo recordaba uno de los dos embarazos, que había ocultado a toda la familia.

En el juicio con jurado que ha comenzado hoy en la Audiencia de Sevilla, Sara L.H., para la que la Fiscalía pide 40 años de cárcel, ha añadido que además de los tres hijos que ha tenido con su marido, del que está divorciada, tuvo dos abortos voluntarios.

La tercera hija la tuvo al poco de ser detenida y ese embarazo, del que se percataron los médicos de la prisión y pasó inadvertido al juez, al fiscal y a la policía que le tomaron declaración, solo lo comunicó a su hermana pequeña y a su madre dos meses antes del parto.

La acusada ha explicado que el único hijo que recuerda que metió en el congelador nació muerto tras siete meses de gestación y no lo mató, y ha justificado que congelara y no lo enterrara porque considera "horroroso" meter a un ser querido bajo tierra y pensar que se está "pudriendo".

También ha subrayado que no dijo nada a nadie de su embarazo por "miedo" a su marido y porque no quería que le obligaran a abortar de nuevo, y ha agregado que estaba dispuesta a abandonar la casa con los dos hijos que ya tenía si su esposo no aceptaba al nuevo bebé, que al final nació muerto y al que intentó reanimar, ha precisado.

"Mañana vais a pensar que soy un monstruo", le dijo la acusada a sus compañeras del geriátrico en el que trabajaba de auxiliar cuando fue avisada por su marido de que fuera a la casa tras localizar al primer bebé en un cajón del congelador del frigorífico.

En sus casi cuarenta minutos de declaración, en la que ha sollozado en varias ocasiones, la mujer ha insistido en que "adora" a sus tres hijos y que quiere volver con ellos, y ha señalado que respecto al bebé que recuerda, fue a la bañera y la llenó con un poco de agua para que no se golpeara al nacer pero no lo ahogó.

Los informes de autopsia indicaron que los bebés, ambos varones, habían nacido vivos tras un embarazo de unas 40 semanas y que respiraron antes de fallecer por asfixia, el primero de ellos con una certeza al 90 % de que fue por sumersión en agua.

Tras la mujer, declaró como testigo su exmarido, quien afirmó que solo conocía un aborto voluntario por parte de su esposa, lo que fue decidido de mutuo acuerdo, y negó que fuera alcohólico, como le acusa ella, y que le amenazara con abandonarla si tenía más hijos.

Cuando encontró al primer bebé congelado, aseguró que se quedó "frío, frío, congelado", y creyó que era carne de venado, tras lo cual avisó a un hermano bombero para que llamara a la Guardia Civil y a la Policía.

El marido ha afirmado que ella tomaba pastillas anticonceptivas y que cuando algunas veces la encontraba más gorda no pensaba que estuviera embarazada y sólo le recomendaba que hiciera un poco de gimnasia.

Uno de los guardias civiles que ha declarado hoy relató que se sintieron "muy mal" cuando, 18 días después de encontrar al bebé congelado, el marido encontró un segundo en un arcón de la casa, lo que motivó que luego buscaran "hasta debajo de las piedras".

En el registro localizaron fajas, dos agendas con un control "estricto" de las menstruaciones de ella y un ordenador en el que había búsquedas con las palabras teratógeno, sustancia que provoca malformaciones en el feto, "rotura de bolsa a los seis meses", "parto prematuro" y "sintrón", medicamento que le encontraron.

El mismo agente del Equipo de Menores y Mujer ha subrayado que no había ningún indicio de violencia de género a pesar de que ella ha declarado que sentía miedo nada más oír la puerta de la casa cuando llegaba el marido.

El guardia civil ha precisado que la familia no se enteró de que estaba embarazada de su hija mayor, que ahora tiene 16 años, hasta el sexto mes de gestación, lo que confirma lo declarado por la acusada respecto a que a ella no se le notaban los embarazos.

El juicio continuará mañana con la declaración de los forenses y está previsto que se alargue hasta el próximo viernes y que el jurado delibere el lunes 15 de septiembre.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN