Fernando Paz, Hermano Mayor de la Hermandad Sacramental de San Juan de Aznalfarache, ha compartido sus impresiones sobre los días previos a la Semana Santa, una época de intenso trabajo y emoción para la corporación. Reconoce que la carga de tareas y la presión de que todo salga bien son inevitables. "El estrés de estos días es algo que es imposible quitarlo de encima. Por mucho que se intente planificar todo, el trabajo hay que llevarlo para adelante y siempre surgen imprevistos", afirma. Aun así, destaca el esfuerzo y la dedicación que han puesto en la organización. "Le hemos echado muchas horas y mucho cariño, que es lo importante".
En estos momentos, la Hermandad trabaja sin descanso para que todo esté listo. La coordinación con los priostes en el montaje de altares y pasos es solo una de las muchas responsabilidades que afrontan. "Estamos intentando tenerlo todo a punto", señala Paz, quien detalla la extensa lista de tareas pendientes: "La comida de Hermandad la hacemos este domingo y la estamos organizando. Tenemos que cerrar el boletín de la Hermandad, la meditación, el quinario, la entrega del fajín de la Virgen de los Dolores, las papeletas de sitio, las preguntas de los hermanos, las túnicas de alquiler… Son mil cosas". Asegura que su papel como Hermano Mayor lo convierte en un "comodín", siempre disponible para resolver cualquier inconveniente. "Al final, estoy para todo y apagando fuegos por todos lados", explica.
Para él, este año será especialmente significativo en lo personal, ya que contará con la compañía de un nuevo miembro en su familia. "Este año hay un miembro más en mi familia y será un Sábado de Pasión mucho más especial", comenta. Explica que siempre ha tenido la intención de transmitir el legado de la Hermandad a las generaciones futuras y que, en esta ocasión, vivirá la experiencia con una emoción renovada. "Se vienen los días más especiales y más bonitos del año. Le quiero pasar el legado a mi descendencia, este año será todavía más especial".
A pesar del esfuerzo que supone la preparación, el sentimiento de ilusión es lo que prima en la Hermandad. "Ilusión, muchísima. Todos los preparativos previos se hacen con mucha ilusión y con ganas de que todo salga bien", asegura Paz. Aunque son conscientes de que los imprevistos pueden aparecer, confían en que la organización les permita disfrutar del momento. "Esperamos que no haya problemas, pero somos humanos", admite. Para él, la Semana Santa es el culmen de un año de trabajo y dedicación. "Estamos todo el año esperando este momento, ahora lo tenemos que disfrutar aunque sea con esta carga de trabajo".
El Hermano Mayor invita a todos a vivir la Semana Santa en San Juan de Aznalfarache, destacando la historia y singularidad de la hermandad. "Tienes que venir a San Juan de Aznalfarache por varios motivos. Somos la Hermandad decana, somos de 1743. Cuando en Sevilla no había vísperas, que eso es relativamente de hace poco, pues nosotros lo hacíamos ya", explica. Subraya el valor patrimonial y devocional de sus titulares, así como su vinculación con la Banda de Tejera en el palio, con la que mantienen el contrato más antiguo de la Semana Santa. "En el paso de Cristo llevamos a la Capilla Musical de Jesús".
Uno de los momentos más especiales del recorrido es el paso por el Barrio Bajo, que se sumerge en una atmósfera única. "El Barrio Bajo es un atractivo muy interesante, se apaga entero para la cofradía. La estampa es bellísima. Es un atractivo bestial que en Sevilla ya es raro verlo y en San Juan de Aznalfarache lo hemos mantenido", describe. "Hacemos el Barrio Bajo entero a oscuras. La verdad es que es muy bonito. Es como volver hace 200 años".
Por último, Paz reafirma la identidad de la Hermandad en la jornada del Sábado de Pasión y descarta cualquier cambio de día. "Nuestra Hermandad está asentada en el Sábado de Pasión, somos decanos y no nos planteamos cambiarlo. No tendría sentido para nosotros", concluye.
