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Sábado 30/11/2024
 

Sanlúcar

Sanlúcar recupera el "histórico" regalo del submarino atómico "Tritón"

Sanlúcar de Barrameda ha recuperado un curioso recuerdo de su historia: la placa de bronce que el submarino nuclear estadounidense "Tritón" regaló al municipio

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  • Placa Tritón. -

Sanlúcar de Barrameda ha recuperado un curioso recuerdo de su historia: la placa de bronce que el submarino nuclear estadounidense "Tritón" regaló al municipio en 1960, días después de completar un récord, la primera vuelta al mundo sumergida.

La placa, desaparecida en 2003 durante las obras el antiguo ayuntamiento de Sanlúcar, fue un regalo con el que los protagonistas de la proeza realizada por el "Tritón", entonces el submarino atómico más grande del mundo, querían rendir homenaje a los marineros que, cuatro siglos antes, habían completado otra gesta, la primera vuelta al globo.

Aquella primera circunnavegación que demostró que la Tierra era redonda partió en 1519 de Sanlúcar de Barrameda capitaneada por Magallanes y culminó tres años después en el mismo lugar bajo el mando de Elcano.

Los tripulantes del "Tritón" tenían claro que ambas epopeyas estaban unidas y por eso llevaron a bordo del submarino una placa de bronce de 58,5 centímetros de diámetro que tenía tallada la nao "Victoria", una frase en latín y las fechas 1522-1960.

La llevaron los 84 días que duró su travesía.

En este trayecto, el submarino sólo emergió en dos ocasiones. Una forzosa para trasladar a un tripulante enfermo y otra simbólica, el 2 de mayo, frente a las costas de Sanlúcar, en un guiño a Magallanes y Elcano, a sus marineros, y a la ciudad que fue testigo de la partida y llegada de su expedición, según recuerda la historiadora Ana Gómez Díaz.

El "Tritón", que en plena guerra fría fue una demostración de los avances tecnológicos de EEUU, culminó su vuelta al mundo, siguiendo una trayectoria similar a la de Magallanes y Elcano, el 10 de mayo.

Cuatro días después, el embajador de EEUU, John David Lodge, entregó al ministro español de Asuntos Exteriores, Fernando María Castiella, la placa que sellaba la hermandad entre las gestas del "Tritón" y de la nao "Victoria", en una jornada que, como recoge un NODO, fue todo un evento para Sanlúcar.

La placa fue colocada en un pasillo del Ayuntamiento y, poco a poco, fue cayendo en el olvido, hasta que en 2003 desapareció durante unas obras.

La peripecia de su reciente recuperación ha durado incluso más que los tres años que costó dar la primera vuelta al mundo y no ha estado exenta de aventuras para sus protagonistas, los miembros del Club Deportivo de Actividades Náuticas Guadalquivir.

La historia comenzó en 2009 cuando organizaron una exposición y uno de sus visitantes les comentó que tenía en su casa una placa que quedaría "muy bonita" en su muestra.

"No quiso traerla. A mí me entró la curiosidad y unos meses más tarde me acerqué a su casa y la vi. Tenía grabado un barco, similar a la nao 'Victoria' y dos fechas 1522, que era la fecha de llegada de Elcano a Sanlúcar, y 1960", explica a Efe el presidente del club, Carlos Barbas.

"Me puse a investigar en Internet y en las hemerotecas, entonces me enteré de todo lo qué había pasado y comprobé que la placa era la que habían traído los americanos y que había desaparecido", cuenta.

Ni él, que ahora tiene 45 años, ni la mayoría de los vecinos de Sanlúcar conocían aquel episodio histórico de su pueblo.

"Sólo algunas personas mayores recordaban algo", añade el presidente de una asociación que, desde entonces, se ha afanado en reunir un sinfín de recuerdos del "Tritón" y de difundir entre sus vecinos una historia que "estaba igual de abandonada que la placa".

Hace un año y medio llegaron a un acuerdo para que el joven que la tenía (y que, según contó, la rescató de los escombros de la obra del consistorio sin conocer su historia) les cediera el recuerdo para otra exposición.

La misma noche en la que, en un bar, se hizo la entrega, Barbas compartió su alegría en las redes sociales.

Para su sorpresa, apenas tres días después la Guardia Civil registraba la sede del club, y, tras informarle de que el robo de la placa era un delito prescrito pero su receptación no, se llevó la pieza a un juzgado para que abriera diligencias.

Cansados de esperar "sin que nadie nos dijera nada" del asunto, Barbas se dirigió hace unos días al juzgado, donde le dijeron que el caso estaba sobreseído.

La placa fue finalmente entregada al Ayuntamiento, que la semana pasada la cedió al Club para que la luciera en una exposición sobre la epopeya del "Tritón" que ha organizado y que fue clausurada el pasado domingo por el embajador de Estados Unidos, James Costos.

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