Miles de personas se echaron a la calle para recibir al Señor de Rota, abarrotando los alrededores de la Iglesia de la O y las calles por las que se esperaba el paso de la Hermandad. Iniciaban su estación de penitencia sabiendo que a partir de las siete de la mañana podrían encontrarse con las lluvias de nuevo, pero nadie les ha quitado la posibilidad de estar unas diez horas en la calle, ofreciendo consuelo a los roteños y roteñas que les esperaban con fervor. Han tenido que realizar su recorrido algo más deprisa de lo habitual, pero la recompensa ha sido el calor y el fervor de sus convecinos.
Durante toda la noche han estado los tres pasos en la calle, y aunque han tenido que saltarse algunas partes del recorrido, no han defraudado; aunque como se preveía, a las siete y media de la mañana cuando recién habían pasado por la confluencia entre avenida San Fernando y avenida María Auxiliadora, la lluvia ha regresado con fuerza obligando a la hermandad a enfilar camino hacia San Roque, donde el Nazareno y la Amargura se han refugiado. El paso de San Juan ha avanzado unos metros para resguardarse del agua en la Casa Hermandad del Nazareno, en la calle Isaac Peral.
Tras una hora y media de espera, en la que el sol ha vuelto a salir, los tres pasos se encontraban sobre las nueve de la mañana en San Roque para reanudar su camino de vuelta hacia su sede canónica, la Iglesia de la O, donde de nuevo muchas personas esperaban con ansia poder contemplar la recogida de esta Hermandad que no ha querido dejar a roteños y roteñas sin su Nazareno. Sobre las diez y media de la mañana se recogía finalmente la Hermandad, satisfecha por haber podido al menos devolver la Madrugá a los roteños, que temían la noche antes quedarse de nuevo huérfanos sin su Señor de Rota en la noche más larga.
