El sanluqueño Javier Garat ha sido reelegido, por séptimo año consecutivo, presidente de la Coalición Internacional de Asociaciones Pesqueras (ICFA, por sus siglas en inglés), organización de ámbito mundial que defiende los intereses de los empresarios pesqueros en los foros internacionales. Garat, que ostentará el cargo durante un año, ha sido elegido por unanimidad de los 17 miembros que integran esta coalición en representación de asociaciones pesqueras de sendos países.
La reelección del español Garat, secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca) y presidente de Europêche, ha tenido lugar durante la reunión mantenida ayer por ICFA en la que, además, se han analizado los principales retos del sector pesquero a escala global de cara a 2022, definido como el super año de los océanos y el medioambiente.
Entre los temas abordados se encuentran los debates en el marco de la Convención sobre Diversidad Biológica (CBD), que tendrá que decidir sobre los nuevos objetivos globales de biodiversidad post-2020 a largo plazo (2050) y los objetivos a corto plazo (2030). En particular, se decidirá sobre el porcentaje de Áreas Marinas Protegidas (AMP) y otras medidas de conservación equivalentes que se debe alcanzar en el mundo, los objetivos relacionados con el uso sostenible de los recursos marinos, con la resiliencia de los ecosistemas marinos, con la seguridad alimentaria o con los subsidios pesqueros, así como la gestión adaptativa de la pesca para hacer frente al cambio climático.
Por otro lado, el año 2022 puede ser un año crucial para la aprobación del instrumento jurídico vinculante en el marco de Naciones Unidas sobre la Biodiversidad Biológica más allá de la Jurisdicción Nacional (BBNJ) que, según la patronal mundial, podrían tener un impacto negativo en las actividades de la pesca en alta mar si no se tiene debidamente en cuenta el trabajo realizado en el seno de las Organizaciones Regionales de Pesca.
En la reunión también se ha analizado el estado de las negociaciones sobre los subsidios a la pesca que se desarrollan en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC), las campañas difamatorias contra el arte de arrastre, los perjudiciales efectos para la flota de la inclusión del marrajo dientuso en el Anexo II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES), el acercamiento de las diferentes regiones a la tecnología blockchain aplicada a la trazabilidad de los productos pesqueros y la problemática que supone la contaminación marina por plásticos, así como las distintas iniciativas en marcha para contribuir a su solución.
Por último, los miembros de ICFA han debatido internamente los diferentes asuntos a tratar durante la reunión que mantendrán hoy con altos funcionarios de la FAO.
Según Javier Garat, “la pandemia de la COVID-19 ha demostrado que la actividad pesquera es esencial y, a pesar de ello, nuestra actividad sigue sufriendo una persecución permanente, no solo por parte de las organizaciones conservacionistas, sino también por parte de algunos gobiernos”. “Es un orgullo”, añade Garat, “que los miembros de ICFA vuelvan a otorgarme su confianza para defender un sector que, muy contrariamente a lo que algunos se empeñan en difundir, es el primer guardián del medio marino y de unos recursos que son imprescindibles, no solo para asegurar nuestra salud, también para garantizar la alimentación de una población creciente con el menor impacto de huella de carbono”.