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Los mejores triunfos

La importancia de José Mari en el equipo trasciende mucho más allá de sus actuaciones sobre el campo: es una persona luchadora y un profesional comprometido

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José Mari vivió una noche fatídica en Valencia. El capitán del equipo amarillo sufrió una lesión en su rodilla derecha que le mantendrá fuera de los terrenos de juego prácticamente para el resto de la temporada, aunque las consecuencias de la desafortunada lesión pudieron conocerse mucho antes de que el parte médico dictara la sentencia final. Una imagen vale más que mil palabras, o al menos eso es lo que suelen decir: el llanto desconsolado de José Mari ,como respuesta a la dura entrada recibida, encogió el corazón tanto de la afición cadista como del pueblo roteño, que comenzaron a imaginar el peor de los escenarios. Lágrimas de dolor pero, sobre todo, de incertidumbre. Porque para el futbolista cualquier molestia, rotura o desgarro sufrido, duele mucho menos que la imposibilidad de saber si toda una carrera, la que ha creado con tantos años de dedicación y esfuerzo, puede acabar en tan solo un segundo. La imagen fue sobrecogedora pero, por suerte, José Mari se encuentra bien y ya ha comenzado a contar los días para volver a pisar el terreno de juego. La ausencia del capitán amarillo se notará desde el primer día. Y es que, aunque esta temporada no está teniendo un papel tan protagonista como en años anteriores, continúa siendo una pieza indispensable.No es de extrañar que, en medio de este momento tan complicado para el roteño, el Cádiz decidiese estirar su contrato hasta 2025. La importancia de José Mari en el equipo trasciende mucho más allá de sus actuaciones sobre el campo: es una persona luchadora y un profesional comprometido; siempre lo ha sido, desde el día en el que se calzó las botas por primera vez siendo todavía un chaval en el antiguo Puntas Vela, por donde todavía se deja ver. José Mari acude siempre que puede a los partidos de la UD Roteña, para alentar al equipo que presenció sus primeros pasos en el mundo del fútbol. Quizás es verdad eso que dicen de que siempre volvemos al lugar en el que un día fuimos felices o, simplemente, es que nunca olvidó sus orígenes.También es común verle en las iniciativas benéficas que organiza el deporte local, porque José Mari, como el pueblo roteño, es modelo de solidaridad. José Mari es de esas personas que se sienten orgullosas de sus raíces. Es de esas personas que no se presenta a los demás diciendo “soy de Cádiz”, sino “soy de Rota”, y a boca llena. Porque si el pueblo roteño puede ser desconocido para muchas personas, él mismo se ha encargado de colocarlo en el mapa. Nosotros, como roteños, solo podemos desearle una pronta recuperación y, sobre todo, recordarle que los mejores triunfos siempre vienen después de las peores caídas.

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