Oliver Parker, adicto a las adaptaciones de Oscar Wilde al cine, abandona en este caso el terreno de la comedia, para adentrarse en terrenos más arriesgados -tal vez demasiado arriesgados para él- y ofrecer a las nuevas generaciones su particular acercamiento a la figura de un personaje al que parecen promocionar como salido de una de las secuelas de Crepúsculo. Es más, el actor elegido es Ben Barnes, conocido hasta ahora por su participación en otro título juvenil, Las crónicas de Narnia. Colin Firth contribuye con su madurez al refinamiento de una película cuyo principal interés se sostiene en la afinada pluma con que Wilde dotó de vida a sus personajes.
No es el único retrato de una sociedad al borde de la contradicción con la llegada del mundo contemporáneo. La última estación, recrea el romance entre el escritor Leon Tolstoi y su esposa Sofía durante los últimos años de sus vidas, cuando el novelista ruso decidió renunciar a su título nobiliario y a sus propiedades y ceder los derechos de sus obras en exclusiva al pueblo ruso, con el objetivo de vivir de manera modesta y humilde, privado de todo tipo de excesos y placeres, incluidos los sexuales. Christopher Plummer y Helen Mirren encarnan a la pareja en unos papeles por los que fueron nominados al Oscar a la mejor interpretación de reparto.
También se estrena hoy viernes la película italiana Vincere, basada en la historia secreta de la amante de Mussolini y dirigida por Marco Bellocchio. El filme es un repaso a las dos caras de Benito Mussolini: la del férreo dictador fascista y también la del hombre tirano que ocultó la identidad de una amante y de un hijo que nunca reconoció. Giovanna Mezzogiorno encarna a Ida Dalser, la amante de Mussolini, que cegada por el amor y la admiración que sentía hacia el dictador, fundó el periódico que se convertiría en propaganda del régimen fascista.