La Guardia Civil ha detenido en Peligros (Granada) a un matrimonio, él de 32 años y ella de 30, ambos con antecedentes policiales, como presuntos autores de un delito contra la salud pública tras descubrir que en un zulo que supuestamente habían construido en el sótano de su domicilio cultivaban 631 plantas de marihuana.
Las plantas intervenidas tenían distintos tamaños, lo que "hubiera asegurado a los ahora detenidos mantener la plantación en producción prácticamente todo el año", según informa en una nota el Instituto Armado.
Además de las plantas de cannabis, los agentes decomisaron nueve lámparas halógenas de gran potencia, cinco ventiladores, dos aparatos de aire acondicionado, un filtro de carbono para minimizar el olor que sale fuera de la vivienda, nueve transformadores y un termostato; es decir, aparatos que hacen posible el cultivo hidropónico del cannabis en el interior de un domicilio.
Esta operación comenzó a gestarse después de que agentes del Puesto de la Guardia Civil de Maracena encontrasen indicios de que en un domicilio de una urbanización de Peligros los moradores pudieran estar cultivando cannabis y posteriormente vendiéndolo.
Estos indicios se pusieron en conocimiento del Juzgado de Guardia de Granada y la Guardia Civil fue autorizada a realizar un registro en la vivienda de los sospechosos.
Curiosamente, cuando los guardias civiles se presentaron temprano en el domicilio de los ahora detenidos no había nadie dentro y al tocar en una de las ventanas de la casa para notificar el acto de la entrada y registro saltó la alarma.
La compañía de seguridad alertó al propietario de la vivienda de que había alarma de robo en su casa y éste se presentó rápidamente; pero cuando creía que los agentes que había en la puerta de su casa lo esperaban para comprobar la veracidad de la alarma, se llevó la desagradable sorpresa de que no habían robado y que la presencia de la Guardia Civil obedecía a una orden de registro para buscar droga.
Durante el registro descubrieron unas tuberías ocultas bajo un falso techo en el sótano que parecían conducir a ninguna parte, por lo que inspeccionaron más a fondo la habitación descubriendo tras una cortina un acceso a otra habitación oculta a la vista en la que los detenidos cultivaban las plantas de cannabis sativa.
