En sus 24 años de existencia, la Asociación
El Defensor del Paciente que preside Carmen Flores,
jamás había registrado quejas de la Atención Primaria. Pero, desde la irrupción del coronavirus,
“las reclamaciones son constantes” desde todos los puntos geográficos de España. Tanto es así que en la memoria de 2021 que la entidad presenta mañana, habrá un
apartado específico sobre un problema que, lejos de solucionarse, se agrava. “En la Comunidad de Madrid, el Gobierno autonómico ha despedido a 12.000 profesionales sanitarios justo antes de la sexta ola”, lamenta. “En Andalucía -recuerda-, han sido
8.000”.
El colapso es total. Con una tasa de incidencia desbocada, el
número de bajas laborales por Covid se ha disparado. Hasta esta semana, la gestión de este tipo de consultas han consumido la mayor parte del tiempo de consulta. “La mitad de los pacientes que he atendido estos días ha sido por el coronavirus”, explica la doctora del centro de salid de El Mentidero, en Cádiz, Elena Gilabert. Y de estos, “he tramitado la incapacidad para trabajar en al menos el 50% de los casos”, añade.
El jueves, cuando respondió al teléfono, Gilabert se mostraba ligeramente aliviada por la puesta en marcha la APP Móvil de Salud Responde puesta en funcionamiento por la Junta de Andalucía. Pero el problema no desaparece porque para poder finalizar con éxito la operación,
es preciso disponer de certificado digital o Clave DNI. “No todos cuentan con las herramientas y/o las habilidades necesarias y, en cualquier caso,
aún atiendo para asesorar sobre la utilización de la aplicación”, concluye.
Todo esto está llevando a que, tal y como advirtió recientemente la
plataforma Basta Ya de médicos de Primaria en Cádiz, Fernando Ramírez, el 77% de los doctores de Atención Primaria
no pueda dedicar siquiera diez minutos a sus paciente y, en el caso de que lo hagan telefónicamente, el tiempo se reduce a cinco minutos en la mitad de las consultas. Asimismo, la demanda es tan alta, apunta Ramírez, que él mismo, en el consultorio de Sanlúcar donde desempeña su labor profesional, no da cita antes de las dos semanas. El cóctel es explosivo. Joaquín Cordero, vocal en Cádiz de Jóvenes Médicos de Familias de la Sociedad Andaluza de Salud de Familias y Comunitaria (SAMFyC), apunta que todo esto
pasa factura a los enfermos crónicos.
Por su despacho desfila diariamente una media de 50 personas, pero también está obligado a abandonarlo si hay un aviso domiciliario.
“No me da la vida”, admite. Tampoco a sus compañeros. De manera que, cuando el vecino se sienta a su mesa o le llama por teléfono para renovar el tratamiento, “haces lo que te pide pero no llevas a cabo la revisión” que
necesitan los diabéticos, aquellos que se recuperan de un infarto o un ictus o quienes padecen hipertensión.
La importancia de la Atención Primaria radica precisamente en la cercanía con el usuario. “Una vez en la consulta,
por desconocimiento o porque no le dan importancia, los enfermos no te cuentan si tienen otras dolencias vinculadas a sus males o si se han agravado”. El profesional sanitario aprovechaba tradicionalmente esos minutos para preguntarles, someterles a pruebas o prescribirlas. Ahora no porque
es materialmente imposible. Tampoco la Junta está valorando los programas de salud para la prevención de patologías crónicas. Si nembargo,
ya están llegando vecinos a las consultas con problemas avanzados por no haber sido atajados. Las consecuencias serías, no obstante,
están por llegar, pero llegarán, se teme.