De acuerdo con el boletín divulgado por el Ministerio de Salud, en las últimas 24 horas se registraron 28.936 nuevos casos
Brasil registró este martes un récord de 1.262 nuevas muertes por COVID-19 en un único día, con lo que el total de víctimas en los dos meses y medio desde el primer fallecimiento por la enfermedad en el país se elevó a 31.199, informó este martes el Ministerio de Salud.
El número de muertos de este martes, superior a los 1.188 registrados el 21 de mayo, que constituía hasta ahora el día más fatal, confirma a Brasil como el cuarto país en número de víctimas en el mundo y lo incluye entre los que ya tienen más de 30.000 junto a Estados Unidos, Reino Unido e Italia.
De acuerdo con el boletín divulgado por el Ministerio de Salud, en las últimas 24 horas se registraron 28.936 nuevos casos, con lo que el número de contagiados subió a 555.383, que confirman a Brasil como el segundo país con más casos en el mundo después de Estados Unidos y el epicentro de la pandemia en América Latina.
El número de nuevos contagios hoy es el segundo mayor desde que Brasil registró el primer caso del nuevo coronavirus el 26 de febrero. El día con más casos hasta ahora fue el sábado pasado, con 33.274 contagios.
Según el boletín del Ministerio, 300.546 pacientes, que constituyen el 54,1 % del total de infectados, aún están bajo cuidados médicos, mientras que 222.638 (40,3 %) se recuperaron y recibieron el alta.
Las elevadas cifras de casos y muertos se producen en momentos en que varios gobiernos regionales y municipales de Brasil comienzan a poner en marcha procesos graduales de desescalada de las medidas de paralización económica y a flexibilizar las orientaciones de distanciamiento social.
Igualmente se producen cuando Brasil completa 18 días sin ministro titular de Salud ya que los dos anteriores salieron por sus discrepancias con el presidente Jair Bolsonaro en torno a la estrategia para combatir el coronavirus.
El líder ultraderechista es uno de los gobernantes más escépticos sobre la gravedad de la pandemia, llegó a calificar el COVID-19 como una "gripecita" y desde el comienzo de la crisis defiende el fin de las medidas de distanciamiento impuestas por los Gobiernos regionales y la normalización de todas las actividades.
Para el jefe de Estado, más de la mitad de la población brasileña contraerá la enfermedad independiente de las medidas de aislamiento que se adopten por lo que su prioridad es evitar la ya prevista recesión histórica que, en su opinión, generará hambre y pobreza y podrá provocar un número superior de muertes.
DESESCALADA SIN ALCANZAR EL PICO
A pesar de las cifras récord de muertos y de que el pico de la curva de contagios en Brasil sólo es esperado en julio, varios Gobiernos regionales y municipales iniciaron o anunciaron programas de desescalada esta semana.
Entre los estados que iniciaron procesos de flexibilización de las medidas restrictivas destaca Sao Paulo, el más poblado de Brasil, con 46 millones de los 210 millones de habitantes del país; el más rico e igualmente el más afectado por el COVID-19.
Según el boletín del Ministerio, el estado de Sao Paulo, que este martes registró récord tanto de muertes como de contagios un día después de iniciar su desescalada, acumula 118.295 casos y 7.994 víctimas, muy por encima de los registros del estado de Río de Janeiro, que suma 56.732 casos y 5.686 muertes.
Pese a que el Gobierno regional de Río de Janeiro aplazó hasta el próximo viernes su cuarentena parcial, la alcaldía de la capital homónima puso en marcha este martes un programa de desescalada con la apertura de las tiendas de muebles, decoración y vehículos y la liberación de actividades deportivas en las playas.
La flexibilización fue adoptada pese a que diferentes entidades científicas han advertido que Río no está preparada para levantar las medidas restrictivas y que la incidencia de la enfermedad puede saltar si no se mantiene el distanciamiento.
Además de Sao Paulo y Río de Janeiro, también iniciaron procesos de apertura económica ciudades de los estados de Ceará, Pará y Amazonas, que le siguen en número de casos y de muertes.
En estados en que no se han iniciado procesos de desescalada, la desobediencia de los ciudadanos a las medidas de distanciamiento también amenaza el freno de la enfermedad.
Pese a que no es uno de los estados con mayor numero de casos, el Distrito Federal de Brasilia es uno de los que tiene la curva de contagio más ascendente y contabiliza hasta ahora más de 10.000 infectados y 173 muertes.
La situación más dramática es la de Ceilandia, municipio en la región metropolitana de Brasilia y en donde el número de casos saltó un 1.000 % en los últimos tres días.
Este martes, pese a la alerta general en Ceilandia, Efe pudo constatar que muchas personas circulaban por las calles sin mascarilla y sin respetar el distanciamiento social y que el comercio funcionó parcialmente.