Los "chalecos amarillos" protagonizan el octavo sábado consecutivo de movilización con concentraciones en ciudades y carreteras de Francia para intentar demostrar que la protesta no se desinfla, pese a las acusaciones del Gobierno de que ahora sólo quedan unos pocos manifestantes y radicalizados.
Desde primera hora de la mañana, como ocurrió en sábados anteriores, se constataban bloqueos en diferentes puntos de la red vial, como en la nacional 20 en Foix, cerca de la frontera española; en la autopista A9 al sur de Montpellier, en la A7 entre Valence y Aviñón, en la A89 al oeste de Lyon o en la travesía de Reims, informa el Centro Nacional de Información Vial (Bison Futé) en su página web.
También hubo concentraciones por la mañana en diferentes ciudades, como en París, con varias decenas de personas en la avenida de los Campos Elíseos y en una marcha en el barrio de Saint Germain des Près, o en Marsella, con varios cientos de personas que desfilaron por el centro.
En la capital se han organizado varios puntos de concentración durante el día, en particular una manifestación que debe celebrarse esta tarde entre el Ayuntamiento y la Asamblea Nacional.
Uno de los retos de este movimiento, que ha generado la mayor crisis social desde que comenzó en mayo de 2017 el mandato del presidente francés, Emmanuel Macron, es mostrar su capacidad para sacar gente a la calle y romper con el bajón constatado en las últimas semanas; el 29 de diciembre las autoridades contabilizaron 12.000 manifestantes en toda Francia y 38.600 el día 22, muy lejos de los 282.000 del 17 de noviembre.
El portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, descalificó ayer a los que siguen participando en las acciones de los "chalecos amarillos" al calificarlos de "agitadores que quieren la insurrección y derrocar el Gobierno" y a Macron.
Más de 4.000 agentes antidisturbios han sido desplegados hoy por todo el territorio francés para hacer frente a posibles incidentes durante esta octava jornada de protesta.
Ayer, 18 "chalecos amarillos" fueron detenidos en el departamento de Saône et Loire, cuando intentaban bloquear los accesos a unos almacenes de Amazon. Según explicó la prefectura en un comunicado, "insultaron a las fuerzas del orden y les lanzaron piedras", con la consecuencia de un gendarme herido en el pie.