Turquía conmemora con enorme pompa el primer aniversario de la fallida asonada militar del 15 de julio de 2016, con actos en el Parlamento y la inauguración en Estambul de un monumento a las 249 personas que murieron a manos de los golpistas.
Desde el martes pasado se suceden los discursos de las autoridades, las exposiciones fotográficas y los rezos en las mezquitas de todo el país, así como los conciertos y las proyecciones de imágenes en la plaza de Taksim, en el centro de Estambul.
Los actos de hoy empiezan con una marcha multitudinaria que arrancará a las 15.30 GMT en tres barrios del lado asiático de Estambul para dirigirse al primer puente del Bósforo, ahora bautizado como Puente de los Mártires del 15 de Julio.
El puente fue durante la noche del golpe escenario de enfrentamientos entre civiles y una unidad de soldados con tanques que habían bloqueado el tráfico en esta vía, y varias personas perdieron la vida allí.
Tras el desfile de una banda de música otomana, el presidente, Recep Tayyip Erdogan, se encontrará en el puente con familiares de los fallecidos y, tras una lectura coránica y un juego de luces en memoria de las víctimas, el monumento se desvelará a las 20.30 GMT.
Pasada la medianoche, las ceremonias continuarán en el Parlamento de Ankara, donde se conmemorará durante una sesión de madrugada el bombardeo que sufrió el hemiciclo durante el golpe.
El Gobierno atribuye la asonada a redes de militares vinculados a la cofradía del predicador exiliado Fethullah Gülen, hasta 2013 aliado de Erdogan y desde entonces acérrimo enemigo, pero el teólogo, residente en Pensilvania (EEUU), niega toda relación.
Las imágenes y los discursos difundidos tienen un marcado carácter nacionalista, y Erdogan ha acusado los países de Occidente de interesarse más por los derechos de los golpistas o sus simpatizantes detenidos que por las víctimas.
Desde que se decretó el estado de emergencia, el 20 de julio del año pasado, se han sucedido las purgas en la Administración para destituir a funcionarios supuestamente cercanos a la cofradía de Gülen.
Ayer mismo, un nuevo decreto comunicó el despido de 7.000 funcionarios, entre ellos 2.303 policías, con lo que el número de empleados públicos que han perdido su trabajo tras el golpe se acerca a los 140.000.
Alrededor de 50.000 personas se encuentran en prisión preventiva a la espera de juicio por sus presuntos vínculos con la asonada.
Aunque la noche del golpe se difundían imágenes de la policía reduciendo y deteniendo a los militares golpistas, el número de agentes despedidos por golpismo, unos 11.000, es superior al total de militares destituidos por la misma causa, unos 8.000.