Según informó ayer el Ministerio del Interior en un comunicado, la revisión fue llevada a cabo por el Comité Ejecutivo para el Mando Unificado (CEMU) para mejorar su eficacia y equiparar los niveles de amenaza con los de otros países europeos.
El Plan de Prevención y Protección Antiterrorista, puesto en marcha el 9 de marzo de 2005, permite articular de manera coordinada las actuaciones de prevención y protección operativas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado –y de éstas con otras fuerzas de seguridad, las Fuerzas Armadas y, en su caso, con los responsables de otros organismos o empresas afectadas– frente a las situaciones de incremento de la amenaza y el riesgo de atentado terrorista.
Con esta modificación, se pretende conseguir una utilización más eficaz de los medios humanos y materiales dedicados a garantizar la seguridad de los ciudadanos.
A partir de ahora, el Plan de Prevención pasará a contar con cuatro niveles de activación que se corresponderán en cada momento con los diferentes niveles de amenaza terrorista.
Así, el nivel 1 (medio) supone un riesgo potencial de atentado terrorista; el nivel 2 (alto) se activa ante un riesgo probable de atentado terrorista; el nivel 3 (muy alto) corresponde a un riesgo altamente probable de atentado terrorista; y el 4 (extremo), es riesgo de atentado terrorista inminente.
Además, cada uno de estos niveles contemplará dos grados de intensidad (alta o baja) con el fin de que las medidas previstas se ejecuten en toda su amplitud o sólo en parte.
El secretario de Estado de Seguridad será el encargado de establecer la activación de cada uno de los niveles, mientras que la intensidad la determinará el director general de la Policía y de la Guardia Civil de acuerdo con la información operativa disponible.
Los diferentes niveles contemplan una serie de actuaciones tanto de vigilancia como de prevención y disuasión en función de la amenaza y prevén la colaboración con los servicios de seguridad privada (nivel 1) y con las Fuerzas Armadas, que serán alertadas para su eventual intervención en el nivel 3 y cuya colaboración está prevista en el nivel 4.
En este nivel extremo se prevé igualmente la activación del Equipo Policial de Apoyo ante grandes ataques terroristas, creado en 2005.
El plan encomienda al Cuerpo Nacional de Policía y a la Guardia Civil la evaluación periódica de la amenaza terrorista contra lugares con alta concentración de personas y contra infraestructuras críticas.
A partir de estas evaluaciones, el Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista realizará una evaluación final de la amenaza y del riesgo que será comunicada a los máximos responsables del Ministerio del Interior.