El diario estadounidense 'The New York Times' ha publicado este sábado un reportaje de investigación en el que sostiene que no existen pruebas que respalden la posibilidad de que la organización terrorista Al Qaeda esté detrás del ataque ejecutado en 2012 contra el consulado de Estados Unidos en la localidad libia de Benghazi (este), en el que murieron el embajador estadounidense en el país, Christopher Stevens, y otras tres personas.
Así, el rotativo sostiene que el asalto al edificio consular fue "espontáneo" y que estuvo desatado por la publicación de la película 'Inocencia de los musulmanes', un corto aireado en YouTube que presentaba la figura de Mahoma como un falso profeta.
Las informaciones publicadas por 'The New York Times' se basan en una serie de entrevistas realizadas a ciudadanos libios con conocimiento directo del ataque y su contexto. "Tras meses de investigación, no hay pruebas de que Al Qaeda u otros grupos terroristas internacionales jugaran papel alguno en el asalto", sostiene.
Por contra, asegura que el ataque estuvo encabezado por combatientes que "se beneficiaron directamente del apoyo aéreo y logístico de la OTAN durante el levantamiento contra el coronel (Muamar) Gadafi", cuyo Gobierno fue derrocado a finales de 2011 y que fue ejecutado a las afueras de Sirte en octubre de ese mismo año.
Pese a que en un principio el Gobierno estadounidense afirmó que el ataque al consulado se enmarcaba en la oleada de protestas desatada en el mundo islámico a raíz de la publicación de la película en YouTube, informaciones publicadas posteriormente apuntaron a la participación de Al Qaeda en el mismo.
En este contexto, varios congresistas republicanos acusaron a las autoridades de ocultar información e intentar desviar la atención del papel jugado por la organización terrorista en la muerte de Stevens utilizando dichas protestas como excusa.
Sin embargo, 'The New York Times' revela que la figura central en el ataque fue Ahmed Abu Jattala, un líder miliciano descontento que ya había declarado abiertamente que Estados Unidos no estaba muy lejos de Gadafi en su lista de "enemigos infieles". Pese a ello, al no estar afiliado a ningún grupo terrorista, no había sido tomado en consideración por los miembros de la CIA desplegados en Benghazi.
Abu Jattala, que niega haber participado en el asalto, es parte del movimiento miliciano que sacude Benghazi desde la caída de Gadafi y es conocido por su papel en el asesinato de un general rebelde y por afirmar en reiteradas ocasiones que muchos islamistas del país no estaban suficientemente comprometidos con una teocracia.
A día de hoy, varios líderes milicianos le justifican y se niegan a entregarle a las autoridades, entre ellos el líder de la milicia extremista Ansar al Sharia, responsable de varios atentados contra las fuerzas de seguridad y la población civil en la ciudad.