Al menos 21 paramilitares paquistaníes han muerto a manos de los talibán después de que el pasado jueves fueran secuestrados en tres ataques perpetrados contra puestos de control próximos a la ciudad de Peshawar, en el norte de Pakistán, según ha confirmado un portavoz del gobierno local.
Los dos paramilitares restantes han logrado escapar, aunque uno de ellos se encuentra en estado crítico y el segundo en paradero desconocido, según ha informado Reuters. El resto han sido ejecutados de un tiro en la cabeza. Los cuerpos han sido hallados a cuatro kilómetros del lugar del secuestro.
Unos 200 talibanes asediaron tres posiciones de control al sur de Peshawar, cerca de la frontera con Afganistán, Zaray, Zarka Kohi Hassankhel y Ghaki Sar. En el transcurso del ataque, dos policías fallecieron, según ha declarado el portavoz Navid Akbar.
El Ejército paquistaní lanzó una contraofensiva para recuperar a los paramilitares y convinieron una reunión con los líderes tribales de la zona, según ha informado la cadena BBC.
Estos ataques tuvieron lugar el mismo día en que uno de los dirigentes talibán propuso al Gobierno paquistaní un alto el fuego si se aceptaba una modificación de la Constitución de acuerdo con los usos y costumbres del Islam.
Este es la tercer ofensiva acometida por los talibán contra objetivos en Peshawar en este mes de diciembre, después de que terroristas suicidadas atacaran el aeropuerto local hace dos semanas acabando con la vida de cuatro personas.
En el último de los capítulos de violencia, un veterano político del Partido Nacional Awami murió durante un mitin a causa de una explosión que se cobró la vida de otras siete personas.
