Un equipo de científicos de la Universidad de Lausana, en Suiza, ha recibido permiso para comprobar si la causa de la muerte en 2004 del expresidente palestino Yasir Arafat fue envenenamiento con polonio 210.
La viuda de Arafat, Souha, dio este jueves su consentimiento para poder examinar el cuerpo del exlíder del partido de Al Fatá, según ha declarado su abogada a la cadena suiza de televisión pública RTS. Souha "es la fuerza que está detrás de la investigación", agregó.
Los científicos recibieron hace dos semanas dos cartas de la Autoridad Palestina para que fuesen a Cisjordania, en concreto a Ramala, donde está enterrado Arafat, "tan pronto como sea posible", pero tuvieron que esperar hasta que Souha diese su permiso, según ha publicado este viernes el portal de noticias Swissinfo.
En el mes de julio, los expertos anunciaron que habían encontrado restos significativos de polonio 210 entre las pertenencias de Arafat, recogidas en el hospital militar de París donde murió el 11 de noviembre de 2004 a los 75 años de edad.
El polonio 210 se descompone rápidamente, por lo que las investigaciones deben comenzar cuanto antes. El equipo de científicos espera obtener los resultados a finales de 2012.
Según el director del Instituto de Radiación Física, François Bochud "si se extrajese un hueso de un cementerio, la probabilidad de encontrar polonio sería cercana a cero". "En el caso de Arafat, si tuviese que dar una probabilidad (...), diría que ésta sería mayor de 50 por ciento", ha agregado.
Los síntomas de envenenamiento por polonio 210 son similares a otras formas de envenenamiento por sustancias radiactivas, como por ejemplo vómitos, caída de pelo, descenso de glóbulos blancos e incluso un fallo multiorgánico. El caso más conocido es el de Alexander Litvinenko, exmiembro del KGB, los antiguos servicios de inteligencia rusos.
Ocho años después de su muerte, se desconoce la verdadera causa de la muerte de Arafat, aunque los medios entonces hablaron de una enfermedad relacionada con el riñón o de cáncer. Se ha especulado con la posibilidad de que tras su fallecimiento estuviese el Mossad, el servicio de inteligencia exterior israelí.