Los cinco mandos y miembros de los grupos de élite de los Bomberos que testificaron coincidieron en reivindicar su trabajo y se mostraron emocionados y muy dolidos por las filtraciones de las grabaciones de voz de sus compañeros, lo que consideran una falta de respeto.
Durante más de cinco horas, los testigos de los Graf aseguraron que no se sintieron “desamparados”, que el operativo se rigió por criterios técnicos y no políticos, que las comunicaciones funcionaron y que la decisión de los bomberos de mantenerse en “zona segura” fue el correcto, porque huir entraña aún más riesgos y pone en peligro al resto del equipo.
Propuso que se abra un debate sobre si se tiene que mantener la exigencia para que un bombero se juegue la vida para evitar que se quemen hectáreas de bosque que luego se repueblan fácilmente.