Hubo un tiempo en el que Torremolinos era la envidia de los vecinos. Pasear por sus calles era sinónimo de algo único y elegante. Sin embargo, como se dice, cualquier tiempo pasado fue mejor.
Desde hace ya algunos años, la mayoría de las quejas de los torremolinenses, tanto en redes sociales como en la calle en general, es la suciedad. Durante la campaña de las pasadas elecciones municipales, el PSOE, que gobierna actualmente de la mano de Adelante Torremolinos, llevaba en su programa electoral la “regeneración del centro urbano” y el “embellecimiento de las fachadas”, que se aplicaría “a todos los barrios”. Un año más tarde no hay ni rastro de estas promesas.
Es la unión de varios vecinos la que, poco a poco, está consiguiendo que pasear por las calles de esta localidad sea, de nuevo, algo que alegra la vista. ¿Cómo lo están haciendo?: pintando las fachadas y colocando maceteros con flores. “Con estos actos y después de cuatro años de continua degradación de nuestros barrios, queremos hacer un llamamiento a nuestros gobernantes para que entiendan que es una prioridad que se embellezcan y adecenten nuestras calles, creando entornos agradables para el orgullo de vecinos y visitantes, siendo el tipismo andaluz parte de nuestras raíces y, el cual, no hay motivo para que desaparezca, entendiendo que es totalmente compatible con el desarrollo y modernización de nuestro pueblo”, explica Óscar Jerez.
Este grupo está formado por seis vecinos, a los que se han sumado los dueños de las viviendas, que intentan que colaboren con ellos pintando las fachadas.
De esta manera, “con una mínima inversión” le dan otro carácter a algunas calles de esta localidad costera. Con esta acción, además, pretenden demostrar que con una “mínima inversión, con voluntad y predisposición al trabajo, el cambio a mejor es notable, máxime cuando este Ayuntamiento dispone de los medios humanos y materiales como es el vivero municipal”, detalla.
Así, con una media de 30 macetas y 20 euros de coste, por ahora, han actuado en Calle Europa, en la fuente de El Calvario, calle Rafael Quintana Rosado, María Barabino e Iglesia de San Miguel. Cabe destacar que estas flores estuvieron un tiempo en la zona de la bajada al cementerio, pero el Ayuntamiento las retiró alegando que era un “atentado” contra el inmueble municipal.