Que a los malagueños les gusta una moraga y una buena fiesta en la playa la Noche de San Juan lo sabe todo el mundo, y bien está que así sea. Empezar el verano alrededor de una hoguera -el Ayuntamiento ha prohibido este año hacerlas directamente sobre la arena- y mojarse los pies alrededor de la medianoche es una tradición arraigada que hay que respetar y disfrutar. Al igual que deberían los participantes en esa fiesta respetar las playas y recoger las basuras, algo que casi nadie, o muy poca gente, hace.
Así, la mañana del domingo, tras la noche de San Juan, las playas presentan un aspecto lastimoso con toneladas de basura cubriendo la arena y cientos de jóvenes más que "pasados" de alcohol. ¿Se ha convertido la Noche de San Juan en un macrobotellón? Esa es la impresión que da. Y no es una buena impresión. Falta civismo, eso es más que evidente.
Afortunadamente, el Ayuntamiento destinó un total de 188 operarios a la limpieza de las playas, para que a las 10 horas de este domingo estuviesen perfectas para su uso. Un "batallón" de trabajadores se desplegó por el litoral recogiendo montañas de basura mientras esquivaban cuerpos de jóvenes dormidos en la arena.
El dispositivo puesto en marcha en la madrugada del domingo por Limasa retiró del litoral 40 toneladas de residuos provenientes de la fiesta. Una cifra muy superior que la recogida en 2017, cuando el peso ascendió a 28 toneladas. El aumento, por tanto, ha sido de un 42 por ciento.
En relación con las hogueras en la arena, prohibidas expresamente por la ordenanza municipal, se detectaron diez, cinco más que el año pasado.
El dispositivo de limpieza, que cuenta con 68 vehículos entre tractores, máquinas limpiaplayas, camiones cisterna, baldeadoras y recolectores, se mantendrá en la madrugada de este lunes, con un refuerzo de 50 operarios, al coincidir la celebración con el fin de semana.
Además, un total de 183 agentes de la Policía Local velan estos días por el cumplimiento de las ordenanzas.