En pleno siglo XXI la consecución de una sociedad igualitaria en todos los sentidos y especialmente la erradicación de las desigualdades de las mujeres en el mundo laboral constituyen una auténtica utopía, especialmente ante situaciones de maternidad, conciliación con la vida familiar, en el acceso al empleo, en la promoción profesional, en las condiciones de trabajo, así como en el mantenimiento del mismo.
Este martes, 8 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Mujer y el Servicio de Asesoramiento Jurídico y Defensa Procesal a Mujeres del sindicato UGT-Málaga aporta datos poco esperanzadores. Según esta unidad, el 75 por ciento de las usuarias derivadas en los dos últimos años a estos servicios jurídicos lo han sido por alguna discriminación relacionada con la maternidad, El 8 por ciento por acoso por razón de género y el 5 por ciento por acoso sexual.
La de M. R. C es la historia de una mujer coraje que ha tenido que luchar contra viento y marea ante las adversidades laborales por el hecho de ser madre. Hace trece años, en plena juventud, vivió su primera experiencia discriminatoria en su trabajo por aquel entonces en una fábrica de caucho. Quedó embarazada y tuvo amenaza de aborto a las diez semanas de gestación. “Me ingresaron en el hospital y el director de la empresa me llamaba a ver si había abortado”, recuerda con pena.
A raíz del nacimiento del bebé, pidió la reducción de jornada para criar a su hijo y empezó su calvario. Según cuenta, este directivo le hizo la “vida imposible, “me insultaba, me acosaba sexual y psicológicamente” hasta que finalmente la despidió. M. R. C. interpuso una denuncia y fueron a juicio. “Otras seis trabajadoras sufrimos las mismas agresiones. Mis compañeras declararon como testigos de estos insultos y acosos y gané el litigio”.
Los primeros años de vida de su hijo fueron muy duros, porque -apunta- nadie la contrataba por ser madre, pero ella aprovechó el tiempo y se sacó el título de vigilante de seguridad. Estuvo empleada de forma ininterrumpida en una empresa y fue condecorada por la Policía Nacional en dos ocasiones.
Pero la pesadilla regresó de nuevo a su vida y por los mismos motivos que hace trece años. Se trasladó a Málaga y empezó a trabajar en una firma de seguridad que prestaba sus servicios a una gran empresa del mueble y decoración. Hace unos meses le comentó a la jefa de seguridad de este establecimiento su deseo de ser madre de nuevo. Esta superior, quien también es madre, empezó a acosarla hasta que fue despedida hace un mes.
“Estaba obsesionada con mi proyecto de embarazo; era un monotema para esta señora, me tenía agobiada y siempre su frase era que las mujeres sólo dan problemas”, subraya. Así, estos meses han sido un verdadero drama para esta mujer que recalca con tristeza: “Soy una trabajadora “perfectamente cualificada” y es muy duro que el mundo laboral me obligue a elegir entre ser madre o trabajar”.
Según datos de UGT, los despidos por razones discriminatorias, han supuesto el 15 por ciento de los casos derivados a la Fundación Sociolaboral, la mayoría de ellos (un 63 por ciento) tuvieron alguna motivación relacionada con la maternidad (embarazo, parto, lactancia, reducción de jornada por guarda legal...) y un 19 por ciento tras sufrir acoso sexual.
Cambios de turno y reducciones de jornada
Las reducciones de jornada o los cambios de turnos para cuidar a los hijos es otro caballo de batalla al que se enfrentan cada día las mujeres en el mercado laboral. Y es que cuando se habla de conciliación familiar en España seguimos en pañales.
En Málaga, el 95,3 por ciento de las personas que reducen su jornada de trabajo para cuidar a hijos o familiares son mujeres, según datos aportados por UGT. Señala el sindicato que el 93 por ciento de las personas que solicitan excedencia para cuidados de hijos son mujeres.
A. M. B es una trabajadora que se ha visto obligada a denunciar a su empresa por no concederle el turno de mañana para poder cuidar a sus tres hijos por la tarde. “Lo he pasado mal porque he tenido que llevar a los tribunales a la mano que me da de comer, pero es un derecho y los jueces me han dado la razón”.