El despacho de abogados Martínez-Echevarría Pérez & Ferrero, en Málaga, ha apostado entre sus líneas de actuación por nuevas fórmulas en el campo de la protección al consumidor, fomentando un sistema que combina mediación y arbitraje para que aumenten las medidas de amparo y se reduzcan las cargas de trabajo en los juzgados, los conflictos, los costes y los tiempos de espera.
Desde el Departamento de Derecho de Consumo, que dirige Agustín Azparren, magistrado y exvocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), se están llevando a cabo propuestas que mejoran la protección de los derechos de los consumidores y que apuestan por un sistema de mediación con arbitraje que evite la vía judicial.
La potenciación de estas fórmulas ayudaría a descargar de trabajo a algunos juzgados que están colapsados, resolvería los conflictos de manera más rápida, con menos coste y con mayor grado de satisfacción para todas las partes, según Azparren.
Según ha subrayado, estos métodos, que fomentan una primera mediación y, en caso de que no fructifique, un arbitraje, están teniendo buena aceptación en el ámbito bancario y de los productos financieros.
El 90 por ciento de las demandas por productos financieros complejos como los swaps --permutas financieras-- o las preferentes son estimadas por los tribunales, frente a una media del 75 por ciento en los demás tipos de demandas. Por ello, ha precisado que lograr una solución a través del arbitraje a este tipo de conflictos siempre será más rápido y con menos coste que continuar por la vía ordinaria.
MENOR COSTE
Azparren, impulsor también de Gemme-España, asociación de magistrados que impulsa la mediación, ha afirmado que ésta última "es más rápida que el arbitraje y tiene un coste económico más razonable para el perjudicado".
"Además, es el único sistema que da satisfacción a las dos partes del asunto", ha comentado, opinando, por tanto, que "hay un gran futuro para la mediación bancaria y habrá que explorar esa línea para la resolución de conflictos de estas características en el futuro".
Se trata de buscar una solución más satisfactoria para cualquier cliente bancario, ya que se resuelve en menos tiempo, con menor coste económico y para las entidades supone una mejora de imagen, según ha explicado.
"De esta forma, la mediación mejoraría la reputación de los propios bancos y ayudaría en algunos casos a fidelizar a sus clientes", ha señalado Azparren. Un primer paso sería que las entidades financieras se adhirieran a los sistemas arbitrales de consumo.