Tras la pandemia de Covid-19, muchos bazares chinos cerraron en España porque los empresarios se volvieron a su país. Los que se quedaron tuvieron que hacer frente a una caída de las ventas de hasta un 30%, que obligó a los empresarios a darse un margen de recuperación a corto plazo. Pero esa recuperación aún no ha llegado.
Tras las consecuencias de la pandemia y posteriormente las del conflicto en Ucrania, el precio de las importaciones se ha encarecido. Estas tiendas son conocidas por ofrecer productos muy baratos, pero ahora el margen de beneficio es mucho más pequeño.
Cierre de dos grandes bazares en Málaga
En Málaga, dos bazares chinos van a cerrar sus puertas debido a un proyecto de viviendas en alquiler que han adquirido diferentes empresas. El gran Bazar Landia está ya cerrado y el Hiper Asia Líder -uno de los más grandes de la ciudad- se encuentra prácticamente desmantelado. La tienda ha empezado a liquidar toda su mercancía y cerrará también dentro de poco, aunque todavía no hay una fecha exacta.
Más allá de que estos dos bazares no han cerrado únicamente por la rentabilidad, puede significar un punto de inflexión para el futuro de los negocios de bazares chinos, que han visto como dos tiendas referentes de Málaga han dejado de funcionar.
Otros posibles factores que acentúan el problema
Según la Asociación de Empresarios Chinos de Málaga, el principal enemigo en la caída de las ventas ha sido internet. Durante la pandemia aumentaron radicalmente las compras online y el público joven se ha familiarizado con páginas como Aliexpress que ofrece productos a un precio muy barato.
Otro problema que empieza a producirse es que muchos negocios ahora son dirigidos por las nuevas generaciones chinas que se han criado en España, algo que les ha hecho familiarizarse más con el estilo de vida español y no tanto con el que heredaron sus progenitores.
Los bazares chinos siempre se han distinguido por abrir casi todos los días y durante muchas horas, siendo un negocio al que recurrir cuando se necesita algo de urgencia, ya que además vende todo tipo de productos. Pero según la asociación, las nuevas generaciones no tienen esa misma mentalidad de trabajo, y buscarían acercarse más al ritmo de vida español que al que han acostumbrado sus familias. Si esto también cambia drásticamente, podría ser otro de los factores que les haga perder competencia.