El desplome hace 15 días de un balcón en Plaza Plateros, una de las más transcurridas por jerezanos y turistas y de las preferidas para celebrar zambombas en la calle en diciembre, sólo días después de un nuevo desprendimiento de trozos de un casco de bodega abandonado en el Rincón Malillo, en pleno centro histórico,es para los vecinos de este enclave la mejor evidencia de que urge un plan que meta a mano al deterioro de Intramuros y repoble la zona. Tienen claro que la suerte no va a estar siempre de la mano de la ciudadanía y que cualquier día en vez de cortar calles al tráfico como ocurrió con Liebre, Cabezas o Cordobeses, en el entorno de la Plaza del Mercado, van a tener que lamentar una desgracia.
Afortunadamente, en el caso de Plateros, todo quedó en un susto “porque el local que se encuentra debajo del balcón, antes farmacia, no se ha transformado aún en un bar”, puesto que la zona de terrazas estaba llena. Lo “positivo”, es que al tratarse de una plaza de paso obligado y no perteneciente a la ‘zona cero’ como así autodenominan a las calles en ruinas del casco antiguo, el colectivo vecinal detecta un mayor grado de concienciación. Por contra, lamentan la actitud “históricamente pasiva” del Ayuntamiento a la hora de salvaguardar el patrimonio jerezano.
Con este panorama nada halagüeño, la asociación emprende la cuenta atrás para echarse a la calle por tercera vez en tres años en una convocatoria en la que exigirán la conservación del patrimonio y la redacción inmediata de un plan de repoblación para este entorno.
Será el próximo jueves a las 19.30 horas y el punto de partida es la Plaza Belén para terminar ante el Ayuntamiento con la lectura de un manifiesto.
No es casualidad, puesto que es el único espacio de Intramuros que se ha beneficiado de una intervención en profundidad con un proyecto de reordenación para dejar de ser otro de los muchos puntos negros que se suceden en el casco antiguo jerezano. El llamamiento es urgente tanto para los ciudadanos de Intramuros, de la periferia, como para políticos y colectivos para que se sumen a la movilización, que se celebrará cada año hasta que las administraciones apuesten por este enclave de manera seria y organizada y con plazos e intervenciones sobre la mesa.