Pedro Pacheco se adapta poco a poco a su nueva vida en la prisión. El exalcalde ha pasado sus primeras 48 horas en la cárcel de Puerto III de El Puerto de Santa María donde ingresó el pasado viernes. Un ‘viernes negro’ para él y toda su familia y allegados después de que las fuerzas de seguridad lo detuvieran en su casa a primera hora cuando iba a ir a desayunar con sus amigos. Como cualquier persona que entra por primera vez en un centro penitenciario a cumplir una condena, en su caso de cinco años y medio, el que fuera alcalde de Jerez durante más de 20 años fue sometido al protocolo habitual de ingreso en prisión. Por ello, una vez remitido el mandamiento, se le tomó la foto, y las huellas dactilares, la filiación, y fue sometido a las preceptivas revisiones del equipo técnico (psicólogo, educador social, médico…). Este protocolo contempla también el cacheo personal en el que el penado se tiene que desnudar y la retirada de pertenencias, inclusive por supuesto el móvil, de ahí que el primer contacto con la cárcel suela ser bastante “traumático”.
Según ha podido saber este periódico, Pacheco pasó por todos estos reconocimientos “serio”, “cabizbajo” y vestido en ropa de sport, vaqueros y camisa, lejos de su habitual sentido del humor que suele caracterizarle y que lógicamente no procede en estas circunstancias. Aún así mostraba entereza. Aunque no todos los días un exalcalde del peso de Pacheco entra en la cárcel, en el centro penitenciario no hubo especial revuelo las primeras horas ni los días previos al viernes más allá de una mayor presencia de agentes de la policía en el exterior, y de los medios para captar la imagen de la llegada del furgón.
Por lo demás, en el interior, entre los que serán sus compañeros a partir de ahora no hay especial expectación por compartir mesa y ratos de charla con el carismático político. ¿Cómo será su rutina a partir de ahora? La cárcel de Puerto III consta de 15 módulos y entre ellos “no hay uno especial para políticos” ni mucho menos. Según el perfil del interno, la condena y comportamiento irá destinado a uno y otro. En el caso de Pacheco, este mismo fin de semana, en el que ha recibido la visita de sus familiares, ha sido derivado a un módulo "de respeto", el más light, para cumplir su pena, si bien el procedimiento suele demorarse más en otros casos sobre todo cuando llegan presos trasladados de otras cárceles.
De haber ingresado voluntariamente, Pedro Pacheco podría haber elegido otra prisión –en principio se hablaba de Sevilla- pero al ser conducido por las fuerzas del orden debe limitarse al centro penitenciario ordenado por la juez en el mandamiento. Pese a todo estará en el módulo “más tranquilo” donde no suele haber internos conflictivos, sino presos comunes y extoxicómanos que se reciclan y empiezan a llevar una vida ordenada, mientras que en total no suelen superar los 70, si bien en un módulo normal son más de 100.
Su rutina cada día será la misma: compartirá una celda pequeña, de tres metros de ancho por cuatro de largo y cuenta con una litera, una ducha, un lavabo de acero inoxidable, separados del resto cama por una cortina para tener intimidad. En esa estancia habrá una litera, una pequeña mesa y una estantería de pladur para dejar sus enseres. Allí tendrá televisión, pero no internet.
En esta nueva vida impuesta por sentencia, a las 7.30 horas hay un recuento, mientras que a las 8.30 se abren todas las celdas y los reclusos pueden salir al patio y a desayunar cuando se abra el comedor, en el que entrarán de cinco en cinco. Tras el desayuno deberán limpiar el comedor, cuando le toque, y podrán irse de nuevo al patio o disfrutar de las actividades (talleres, cursos, polideportivo) o ver la televisión hasta que a la una entran a comer y una vez que limpien todo vuelven a la celda hasta las cuatro y media o cinco, cuando podrán salir otra vez. A las ocho de la tarde se repite la misma operación para cenar, recogen y deberán volver a su celda. A las 9.30 será el último recuento de los funcionarios que entren de noche, y ya no saldrán de la celda hasta el día siguiente a primera hora.
Pacheco, que al mes podrá recibir dos paquetes de ropa (incluye libros), llevará su propia indumentaria, y dispondrá de 100 euros a la semana en la denominada tarjeta de peculio con los que tendrá que administrarse para adquirir productos en el economato (alimentación, higiene personal, etc.). También tendrá una tarjeta con un saldo que se costeará de su bolsillo para llamar durante cinco minutos a diez número de teléfonos previamente autorizados. Nunca podrá hablar más de cinco minutos. El primer día que llegó pudo hacer una única llamada a criterio personal.
En lo que respecta a visitas, como cualquier interno, tendrá derecho a comunicarse en el locutorio a través de los cristales durante 40 minutos con un cristal de por medio, además de los vis vis familiares e íntimos.
En estos momentos, no obstante, Pacheco está pendiente de que la Junta de Tratamiento de la cárcel decida su clasificación, que se realiza en función de la condena para así clasificarlo de primer grado (aplicado a los delincuentes peligrosos), segundo grado, al que se le aplica el régimen general u ordinario que es el más común y el que provisionalmente, tendrá y el tercer grado, por el que sólo tendría que ir a dormir a la cárcel de lunes a jueves y que, según juristas consultados por este medio, “es improbable” atendiendo a la condena del histórico andalucista.
Más de un año sin poder salir
¿Cuándo podrá tener un permiso? Normalmente, no son factibles hasta que al menos el condenado no ha cumplido un cuarto de la pena impuesta y satisface la responsabilidad civil (indemnización a pagar impuesta por el juez) periódicamente. Atendiendo a su condena de cinco años y medio, el exalcalde no podría disfrutar de su primer permiso hasta transcurrido más de un año en prisión.
En este tiempo, seguramente, el Ministerio de Justicia se pronunciará sobre la solicitud de indulto formalizada por los letrados madrileños del despacho de Claim Abogados en un equipo que encabeza Aníbal Álvarez y avalado por más de 5.000 firmas entre jerezanos anónimos, instituciones y personalidades conocidas como el obispo de Jerez o el cantaor José Mercé. Entre los argumentos aportados por su letrado destacan la edad de Pacheco y su “delicado estado de salud”, si bien el hecho de que el exalcalde tenga pendiente de juicios dos causas quizás más importantes que por la que ha entrado en prisión como son la venta de la antigua estación de autobuses y el caso ‘Casa del Rocío”, para las que el fiscal pide 13 años de cárcel en total, complican y mucho una resolución favorable a los intereses de Pedro Pacheco. En su última etapa, el histórico andalucista y uno de los alcaldes con más carisma de la democracia española al que le seguía encantando Jerez decía que la justicia “no era un cachondeo”, pero lo cierto es que su destino se ha torcido más que nunca.
Destacable es que el mismo día que él era detenido, Pepe López, su exasesor y concejal en su etapa de Gobierno y luego en la oposición con Foro, conocía que la Audiencia Provincial sí había atendido su recurso contra el auto de ingreso en prisión. Según explicó su abogado Manuel Hortas, entre otros motivos, la Audiencia ha estimado el recurso contra la ejecución de la sentencia de López debido a que la pena impuesta por el tribunal es inferior a tres años, mientras que además el exasesor de Pacheco ha realizado ya varios ingresos en cumplimiento de responsabilidad civil fijada por la sentencia. Mientras que Manuel Cobacho, residente en Sevilla, fue condenado a dos años y siete meses, López lo fue a dos años y diez meses en ambos casos como responsables de delitos de prevaricación administrativa, malversación de fondos públicos y falsificación de documentos oficiales por el 'caso Asesores'. Los mismos delitos de los que se responsabiliza a Pacheco por contratar de forma irregular a estos dos exasesores cuando gobernaba en coalición con Pilar Sánchez. Acabaron como el rosario de la aurora. Ella puso el caso en manos de la Fiscalía y él le respondió denunciándola. Pilar salió absuelta. Él corrió peor suerte.
