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Viernes 15/11/2024
 

Jerez

La aplicación de la RPT depara un Consistorio “descabezado”

Según la ATMJ, el Gobierno se ha visto obligado a prorrogar las funciones a antiguos jefes de departamento y temen que hasta que no se convoquen los concursos de mérito se mantenga la situación

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Un Ayuntamiento “descabezado”, en el que “oficialmente” no existen jefes y donde los 1.700 trabajadores del ente municipal ni siquiera saben cuestiones tan anodinas como quién autorizará unas vacaciones, conformará una factura o encomendará el trabajo a realizar en la jornada. Este es el balance que, según la ATMJ (Asociación de Técnicos Municipales), ha dejado el día después de la aplicación de la RPT que mañana lunes cumple su primera semana en vigor. El documento debería de servir, como ha dicho por activa y por pasiva el Gobierno local en su discurso, para ordenar la plantilla y acabar con la “discriminación” y sin embargo, en la práctica, ha provocado “lagunas”  y un estado de “ambigüedad” en el que los trabajadores no saben a qué atenerse después de que el Consistorio se haya quedado “oficialmente” sin cargos directivos. Tal es así que ahora mismo y hasta nueva orden al “desaparecer” la función directiva se extingue también la cobertura legal para ser ejercida por nadie. “Ningún empleado podrá participar en actos administrativos actuando como jefe, director, ni ningún empleado tendrá autoridad para dar instrucciones a nadie”, indican en una nota interna. 
¿Por qué oficialmente? Porque la aplicación de este documento repleto de alegaciones por parte de todos los sindicatos –en este caso de 69- supone la caducidad de la estructura de mando.  “Ahora mismo todas las jefaturas quedan vacantes,  no hay jefes”, señala el portavoz de la ATMJ, Tomás Lucero, a quien le consta de que, aprovechando esta coyuntura, la Junta Local de Gobierno llevó el mismo día de la entrada en vigor del documento como asunto urgente la prórroga de asignaciones de funciones por tiempo indefinido a los antiguos jefes de departamentos, un trámite del que el Ayuntamiento no ha informado. “Ahora mismo jefaturas de grupos no hay, a los únicos que se les puede denominar jefes son a estas personas a los que se les ha mantenido la asignación de funciones  y que hacían las veces de jefes de departamentos y áreas, previa llamada del delegado de Personal, dado que tienen que aceptarlo”, explica Lucero. Se trataría de casi una treintena de “responsables” cuya función ahora mismo no reza en la RPT, lo que puede conllevar situaciones complicadas en el marco legal a la larga.
Tal y como preveía, a la ATMJ no le extraña que a estas alturas ni siquiera sepan el procedimiento “real” que empleará el Gobierno local para proveer los puestos directivos después de haber “cocinado” una RPT de forma “atropellado, sin previsión y mucho más sujeto al capricho político que al criterio técnico”. En consecuencia, mucho se temen que hasta que no se convoquen concursos de méritos, la “solución” para el Cuadro de Mando vendrá de la mano de la Adscripción Provisional o incluso las Comisiones de Servicio.  Ni una fórmula ni otra les convencen, ya que sospechan que los nombramientos  “a decenas de jefes” llegarán “a dedo” y que el carácter de provisionalidad se “eternice”.
Poco consuelo tiene para los técnicos el que el Ayuntamiento dé el paso y convoque un concurso de méritos. “Quién sabe si algún día se llegará a presenciar un solo concurso de méritos para provisionar un puesto. En tanto todos los nombrados provisionalmente ostentarían el puesto a discreción y antojo del gobernante de turno, con amparo de su RPT”. La misma falta de objetividad –continúa el comunicado interno- que se ha tenido a la hora de seleccionar mediante criterios espurios a las víctimas del ERE, lo que da pie a pensar que con la futurible provisión de puestos por Concurso de Méritos se tendrá el mismo trato”.
En la misma línea, también alertan del peligro que conlleva asumir un puesto de dirección del servicio, al estar calificados en la RPT como de libre designación, dado que se encuentran en el ámbito de la “confianza” de los políticos que estén gobernando en el Ayuntamiento, quienes en un momento dado puedan llegar a prescindir de ellos por represalias, como, a juicio de la ATMJ, de hecho ya ha ocurrido.  “Hasta tal punto ha sido así que el reciente despido colectivo se ha usado como excusa para eliminar de la plantilla, entre otros valiosos profesionales, a personas sobre las que el anterior Gobierno, voluntaria o involuntariamente, puso en su diana política y sobre los que el actual ha disparado”. El problema es que este “vacío de poder” tiene consecuencias directas sobre la plantilla. Tal es así que ahora mismo que con la entrada en vigor de la RPT ve como su destino está “a la expectativa”.
De hecho, a la ATMJ  le constan “bastantes casos” de trabajadores en los que a partir de ahora se va a dar la paradoja de que en su contrato se regule el ejercicio de un determinado puesto y la RPT obvie esta realidad y se le asigne un puesto distinto al que aparece en dicho contrato.  En consecuencia, ningún empleado conoce para qué delegación, servicio, área o departamento trabaja al no haberse dado instrucciones. De esta manera, denuncian, los trabajadores se encuentran en la tesitura de que funciones reconocidas hasta ahora no aparecen en su ficha, mientras que hacer más de lo que reza en la RPT, aunque implique desobedecer indicaciones de los superiores que vayan en este sentido, puede provocar que tengan problemas en el futuro y se encuentre sin cobertura legal.

Titulados universitarios a cargo del personal administrativo

Bajo la premisa de que la profesión, las funciones y el trabajo del personal administrativo merece todo sus respetos, la ATMJ no pasa por alto que el nuevo catálogo de puestos prevea la ocupación de jefaturas de unidad por personal con categorías C1 y C2, con lo que, como indican y así denunciaron en sus alegaciones, cabe la posibilidad”y de hecho va a ocurrir”, asegura el portavoz de la ATMJ,  de que un titulado universitario esté a cargo de alguien que no tiene tal titulación. A su juicio, cualquier jefatura implica dirección “y las personas que objetivamente cuentan con mejor cualificación para ejercer la función directiva son sin duda aquellas que tienen titulación universitaria”.
Otro añadido por no haber evitado esta situación a raíz de “ordenar” los puestos del Ayuntamiento son los conflictos de competencia técnicas a los que están convencidos que dará pie esta estructura organizativa “desmadrada”. Para ello, en el conjunto de sus alegaciones, de las que insisten en que no ha recibido respuesta alguna, la ATMJ proponía la creación de Jefaturas de Grupos para niveles administrativos y equipos de trabajo formados por categorías C1, C2 Y E. Una vez más, su recomendación pasa por actuar conforme establecen los acuerdos para el puesto al que se adscriben para “cubrirse las espaldas” y no encontrarse con problemas. Una semana después de entrar en vigor el documento, la plantilla sigue trabajando “por inercia” haciendo lo mismo que hasta ahora y con “mal rollo”.

La “escoria” del personal laboral indefinido

Según el comunicado remitido por la Asociación de los Técnicos Municipales del Ayuntamiento a sus afiliados, la RPT prevé que en el acceso a los puestos en los que haya que concursar tendrán preferencias los funcionarios y laborales fijos, mientras que los laborales indefinidos no podrán competir en igualdad de condiciones. Teniendo en cuenta que el colectivo, que acaba de sufrir un ERE, es el más numeroso y exceptuando las oposiciones de Policía Local no han tenido oportunidad a lo largo de estos últimos años de concurrir a ninguna plaza, ahora mismo se encuentran en una situación desfavorecida frente al resto. “Las mentes pensantes (o copiantes) de la RPT y sus jefes políticos no han sido capaces de definir qué va a pasar con los laborales indefinidos. No se han planteado procesos definidos para consolidar funcionalmente o estatutariamente a la plantillas”, afirma la ATMJ en el comunicado. Ante esta situación, los técnicos no ocultan su temor de que el Plan ‘B’ de Pelayo sea “despedir a todo laboral indefinido que no fuera, como mínimo, simpatizante de...” y a ellos expresamente recomiendan especial ojo a la hora de aceptar un cargo de libre designación sujeto a la confianza de los políticos, teniendo en cuenta que “no tienen puesto de regreso consolidado”. El panorama para ellos pinta bastante mal.

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