Los bomberos del Parque de Jerez han empezado a cobrar la nómina de agosto, cumpliéndose así el compromiso del Consorcio Provincial que apuntaba al pasado viernes como la fecha de ingreso del salario de dicho mes tras el calendario de pagos que acordaron con el Ayuntamiento.
No obstante, según han denunciado fuentes del Sindicato de Bomberos, el Consorcio sigue sin estar al día con la plantilla, dado que el resto de funcionarios de la provincia percibieron paralelamente la nómina de septiembre, lo que, a juicio de esta organización sindical, demuestra la “discriminación” que están sufriendo.
Por esta razón, teniendo en cuenta que la siguiente fecha de pago contemplada por el Consorcio de Bomberos apunta al 29 de octubre, los efectivos seguirán adelante con su calendario de protestas hasta que normalice el pago de sus salarios. Aunque hayan cobrado agosto, la incertidumbre continúa para los 61 bomberos del Parque Martín Ferrador, puesto que además de ir con una nómina de retraso, saben que las piezas de este conflicto laboral todavía pueden prolongarse algunas semanas más, en concreto hasta el 31 de octubre. Ese día expira el plazo para que el Ayuntamiento abone los 500.000 euros contemplados en el plan de pagos del pasado mes de marzo para que el Consistorio no sea expulsado del ente provincial. De no ser así, el 1 de noviembre la salida del Consistorio del ente provincial será un hecho, una cuestión que no interesa ni al Consorcio ni al Ayuntamiento. “Estamos para las pedanías, tenemos que apoyar a Arcos, donde hay dos bomberos, y a Sanlúcar, Los Barrios con los camiones de aquí, la sierra San Cristóbal...”, comentaban los propios efectivos.
Como señalan desde el Sindicato de Bomberos, el final de esta nueva espera puede desencadenar a finales de este mes dos situaciones: o que la alcaldesa ya haya hecho efectivo ingresos en tesorería del Consorcio Provincial de Bomberos, o que haya vuelto a incumplir lo pactado. Si se garantizase la continuidad del Ayuntamiento en el Consorcio, a finales de octubre, abonaría la retribuciones del mes de septiembre, y en noviembre quedarían regularizados respecto al resto de personal del Consorcio, pagándoles la nomina de octubre en el mismo tiempo y forma que los restantes compañeros.
Por contra, en el supuesto de que se aplicase la expulsión, se generarían dos vías: aquellos bomberos que deseen ser transferidos al Ayuntamiento, estarían sometido a que a finales de octubre a que el presidente del Consorcio se comprometa a liquidar todas las retribuciones correspondiente hasta el día 31 de octubre y transferir a los funcionario libre de cargas.
Por otro lado, para aquellos funcionarios que decidiesen seguir en el Consorcio, entrarían en un concurso oposición restringido, para reubicarlos en otros parque de bomberos de la provincia y se atenderían al calendario de pagos de retribuciones que se corresponde a la continuidad del Consorcio, poniéndose al día en noviembre. La suerte está echada.
complicidad de los ciudadanos
Tras una semana en la que han limpiado los parabrisas de los coches como protesta y han recorrido las calles del centro de Jerez con un camión en miniatura, informando a los ciudadanos del conflicto laboral, mucho tendrán que trabajar los bomberos con la inventiva para seguir sorprendiendo a los jerezanos, que han mostrado su apoyo a este colectivo desde el primer momento que empezaron sus movilizaciones. Además, mantienen también su huelga de brazos caídos para atender únicamente las emergencias, así como una concurrida acampada delante del Parque, donde cada día es frecuente ver a los ciudadanos interesándose por la última hora de su situación laboral.
De hecho, los propios vecinos de la zona le han trasladado su predisposición apoyarlos en cualquier protesta que convoquen y siguieron muy atentos la protesta del pasado martes.
Y es que pocas veces un conductor se ha topado con unos ‘limpiacristales’ que amenizaran tanto como ellos el lavado de las lunas de sus vehículos. Hubo quien echó incluso algún que otro baile para llamar la atención y aprovechando la vuelta del calor realizó sus nuevas tareas sin camiseta, pero con el casco reglamentario. Una vez más, demostraron que también estaban coordinados. Mientras uno levantaba el brazo y se dirigía a los coches, otros iban con el cristasol y los artilugios necesarios y le entregaban un folleto en el que denunciaban la “discriminación” de la que son objeto.A los pocos días se fueron a la Plaza de Abasto y sus alrededores con un camión en miniatura en una sonora protesta.