Esta llamada de atención que se celebra por el Día Internacional contra la violencia a las mujeres debe servir sobre todo para concienciar a la sociedad sobre la existencia de este problema. Concienciar para lograr en un futuro lo más corto posibles éxitos en las políticas de prevención. Porque este lacra cada año deja un reguero de víctimas innumerables, y no sólo entre las mujeres sino también con los niños.
Actos como los originados ayer sirven para sensibilizar a la población y sobre todo para crear una cultura de la prevención. Pero esta prevención debe ir unida irremediablemente también con unos medios instrumentales que sepan afrontar la problemática de la realidad actual. Se necesitan inversiones económicas para dotar a los diferentes organismos y a las víctimas los mecanismos para salir con éxito de este grave problema. En este sentido, la pelota como siempre vuelve al tejado del gobierno nacional y autonómico, que están obligados a no olvidar estos colectivos y a apostar económicamente por ellos, a pesar de la crisis.