Ni llegar a sus propias casas, ni dormir. Ese es el día a día de los
vecinos de la calle Algarve y Remedios en los
últimos meses por la sucesión de locales de ocio y los botellones y ya no pueden más y
han empezado a organizarse.
“Por cada comercio que se cierra se abre un bar”, denuncia la
presidenta de la Asociación de Vecinos Centro Histórico, Tamara Jiménez, que alerta del
desamparo que sufren estos residentes. “Tenemos vecinos que
no pueden llegar a sus casas en fin de semana en la calle Algarve y así cada semana desde las cuatro de la tarde del jueves,
con botellona y sin control ni vigilancia”, señala, tras poner el
foco en la inseguridad de que tantas personas se concentren en una
calle tan estrecha. “
Esperamos que nunca ocurra nada porque es muy difícil el acceso porque el tema del ocio está
completamente descontrolado”, advierte.
Si en Algarve y Remedios va a más cada fin de semana, en la Plaza del Mercado, San Juan, Plaza San Lucas, Plaza Belén, aunque de manera más dispersa, llevan todavía más tiempo soportando los problemas de la movida, que se han ido agravando desde antes del verano.
El día después lo dice todo: mucha basura acumulada y restos de botellón. Sin contar con el ruido que soportan los vecinos en el silencio de la noche al cierre de las discotecas y locales de ocio.
Les preocupa este “descontrol”, y la proximidad de las zambombas y así se lo van a hacer llegar
esta tarde al Ayuntamiento tanto desde la Asociación de Vecinos Centro Histórico, como la de Algarve y Remedios y la Asociación Cívica de Jerez en la
reunión con el primer teniente de alcaldesa y responsable del área del Centro Histórico, Agustín Muñoz. “Llevamos mucho tiempo preocupados por el tema del ocio, poniendo el foco en el botellón en los barrios desde antes de verano. Nos preocupa el dispositivo que van a preparar por las zambombas,
porque pensamos que este año va a ser mucho peor que –por la concentración de personas- que en 2022 y el año pasado fue bastante fuerte. Pero, además –continúa diciendo- nos preocupa de manera concreta el día a día, los fines de semana”.
Que la inauguración del
alumbrado navideño se haya adelantado
al 23 de noviembre tampoco les tranquiliza. “Parece que se adelanta todo”, se lamenta, consciente de que tendrán que lidiar con las consecuencias de la movida todavía más días que cualquier otra Navidad.