Aunque la
reforma laboral está vigente desde el pasado 31 de diciembre, las
nuevas condiciones de contratación no entraron en vigor hasta el pasado jueves, tres meses después. Este es el plazo transitorio que dio la Administración para que las empresas se adaptaran a esta nueva regulación, que pone coto a la temporalidad en el mercado del trabajo, suprimiendo los contratos por obra y servicio y limitando los temporales a unas circunstancias muy puntuales. A partir de ahora, las nuevas relaciones contractuales que surjan desde esta fecha deberán cumplir dicha normativa, lo que abre unos escenarios muy distintos para sectores como el de la agricultura o la hostelería. En plena cuenta atrás para la Semana Santa después de dos años suspendida por la pandemia, los bares tendrán que cambiar el chip para ceñirse a la ley a la hora de reforzar su plantilla, pero, de momento, los que ya han hablado han sido los hosteleros que se dedican a trabajar las ferias.
El pasado jueves, el presidente de l
a Asociación Andaluza de Hostelería de Feria, José David Martín González, lo decía alto y claro:
harán paros en las ferias de la región, empezando por la de Mairena del Alcor (20 al 24 de abril), la de Abril de Sevilla (30 al 7 de mayo) y la de del Caballo de Jerez (7 al 5 de mayo), a menos que el Gobierno central atienda a sus reivindicaciones y
aplice un “régimen especial” para el sector por sus “condiciones especiales” de cara a este evento. Consideran su actividad “inviable” ante las “importantes limitaciones” a la contratación temporal introducidas en la norma, a la par que solicitan una
ampliación de la jornada laboral, que en las ferias no suele bajar de las doce horas ante los problemas para encontrar a personal suficiente para hacer el doble turno.
¿Sería posible que la nueva normativa que regula el mercado laboral contemplara un régimen especial?Sí. ¿A corto plazo?No. “El régimen especial regulado por ley no es de hoy para mañana, la solución es que tendrán que contratar a más gente y hacer más turnos, lo cual tiene más coste”, afirma Salvador Quintana, abogado especializado en asuntos laborales, quien no ve descabellado que el Gobierno pueda introducir estas singularidades, pero siempre a largo plazo. “El Gobierno lo tiene que aprobar a nivel estatal”, señala, sin perder de vista que la nueva reforma salió adelante “después de un acuerdo con los sindicatos y Confederación Empresarios”, donde, en teoría, debería haber habido representantes de los sectores afectados.
En cualquier caso, Quintana cree que p
ara sectores como “la hostelería es un problema gordo” y, además, “hay mucha confusión”: la redacción de los artículos “es bastante inconcreta, hay conceptos jurídicos indeterminados que habrá que ir viendo cómo se aplican en la práctica”, indica. Frente a ello, “no hay mucha información” y “nadie ha profundizado”, con explicaciones y casos prácticos que aclaren cómo funcionan los propios contratos.
Retomando las reivindicaciones de los caseteros,
este letrado también cree que “se están mezclando cosas”, en concreto, los contratos con las jornadas laborales, cuando estas últimas “no han cambiado”. La reforma laboral no ha tocado nada al respecto. Hay un máximo de 40 horas semanales con un máximo nueve horas diarias y mínimo de 12 horas de descanso, entre finalización de jornada y comienzo de la otra, lo cual también regula el convenio provincial de hostelería. Donde sí ha habido cambios sustanciales, indica este abogado, es en el apartado de sanciones para los empresarios que no cumplan el régimen de contratación. Y ahí es donde pueden venir los problemas de cara a la Feria, donde en la práctica los turnos son de doce horas en adelante. Ya en 2019, apenas tres días antes de la celebración de la última edición, entró en vigor el registro horario obligatorio, lo que propicio la presencia de más inspectores de lo habitual en las casetas, con las consiguientes quejas de los caseteros. Ahora,
con la nueva reforma laboral las multas suben de 1.000 a 10.000 euros por trabajador por incumplimiento del régimen de contratación y no por empresa como antes. Es otra de las novedades. “El tema de la jornada laboral es exactamente igual a antes de la reforma; lo que puede pasar es que haya más control y más sanciones y eso es lo que temen, que vayan más los inspectores”, aclara.
La
única solución a día de hoy
es contratar a más personal para garantizar el doble turno (de 8 horas), con la consiguiente inversión del casetero. Otra posibilidad será mantener el mismo personal y repartirlo en dos turnos, lo cual repercutirá en el servicio que se preste al cliente, que será quien pague las consecuencias.
¿Qué opciones hay en cuanto a contratación temporal para citas como la Feria? Utilizar una de la
modalidad del contrato eventual, estipulado para circunstancia de producción para atender situaciones ocasionales y previsibles, con duración limitada y reducible de 90 días por empresa en un año natural (la otra variante prevista para un incremento ocasional e imprevisible de actividad con una duración de seis meses no es aplicable) o
tirar del contrato fijo-discontinuo. El primero, el de 90 días, es la mejor fórmula para convocatorias como la Feria, aunque “sigue generando problemas” y puede quedarse corto para contratos para la campaña de verano en la temporada alta de playas, etc.
El inconveniente de esta modalidad de contrato -y aquí viene otra novedad de la reforma laboral- es que en caso de que sean inferiores a 30 días, como ocurre en Feria, se contempla una penalización de 26 euros por contrato por cotización adicional.
La opción de contrato fijo-discontinuo también está ahí, siempre y cuando el hostelero tenga la seguridad de que va a contar con su equipo habitual, lo cual puede servir para aquellos catering que trabajen eventos todo el año. Eso sí, deberán tener cuidado, dado que acarrea una serie de obligaciones, como respetar el orden de llamamiento para el año siguiente. Si no cuenta con él, podrá ser un despido improcedente.
¿Y los paros?Cómo se manifestarían en las ferias?No está claro, pero sobre la mesa está la opción de no prestar ningún servicio o ausentarse una vez cumplida la jornada laboral, sacrificando el turno de la tarde-noche.
Por lo pronto, el
Ayuntamiento de Jerez se ha apresurado a convocar una reunión con los hosteleros tras asesorarse también jurídicamente. En un comunicado remitido la noche del sábado, la alcaldesa, Mamen Sánchez, asegura que hay alternativas viables y este miércoles se sentará con el sector para trasladárselas.